Paco Espadas/ Totana/ La Verdad
«Las pisadas en el suelo son las mismas que hace quince días. Seguro que entonces vieron el tractor y ahora han vuelto a por él», relata Pedro Antonio Esparza, gerente de uno de los al menos cuatro almacenes agrícolas y viviendas desvalijados la noche del martes al miércoles en Totana, en el conocido como paraje de El Charco, en La Ñorica. Esparza denunció ayer la sustracción del tractor -valorado en 5.500 euros-, además de maquinaria, herramientas, una motobomba, electrodomésticos y hasta el gasoil almacenado, apenas dos semanas después de que los cacos ya le hicieran una primera visita. Esparza señaló que el tractor se lo habían llevado cargado en una camioneta Nissan, que a su vez le habían robado a uno de sus vecinos, que también denunció los hechos. En total, un botín de casi 20.000 euros, según sus cálculos.
Otro de los vecinos de la zona se encontró en la puerta de su segunda residencia todo el material sustraído de la casa, a la espera de que los cacos lo retiraran. Un vecino apuntaba que se salvó porque «probablemente ya no les cabía en el camión robado que usaron para transportar el material».
La fuerza se utilizo para reventar las puertas de los locales robados, ya que en una de las casas -que contaba con tres candados como medida de seguridad- no dudaron en quitar las bisagras y doblar la puerta metálica para acceder al interior. Ana, otra de las víctimas de los robos, señala que teme que los cacos «vuelvan a llevarse lo poco que queda», y lamenta que las pocas alcachofas que tiene plantadas se quedarán en la tierra: le han robado la maquinaria para cosecharla. «Se ríen de nosotros, y cuando vinimos a hacer las primeras denuncias nos respondieron con el típico 'vuelva usted mañana'», lamenta. Curiosamente, y según fuentes municipales, la noche de los robos, la Guardia Civil estaba desplegando un dispositivo especial de seguridad en el campo, que no evitó el saqueo.