“Ser invisible” es lo que uno quisiera al menos los primeros meses en un nuevo trabajo. Lo ideal sería escapar del escrutinio del jefe y los compañeros y concentrarse en demostrar por qué fuiste contratado. “Eso es un sueño, los primeros seis meses estarás bajo observación; desde el policía hasta el Presidente te tienen en la mira”, dice la Directora General de la firma de Head Hunter, Lucas5, Mayra Ortega Schultz.
Después de todo: eres el nuevo (a) y eso te convierte en el “blanco” del equipo, que se preguntará ¿cómo eres? ¿de dónde vienes? ¿eres un recomendado? y ¿qué tan hábil serás para ganarte su confianza?
El primer mes es el más delicado. Esos días enmarcan lo que el jefe y el colaborador pueden esperar de su relación laboral en el futuro. Las primeras impresiones cuentan, así que el primer error es andar por la oficina como el ‘sabelotodo’. No pedir ayuda -sabiendo que la necesitas porque desconoces la cultura del lugar- crea una mala imagen, dicen Elwood Chapman y Robert Maddux en su libro Your First Thirty Days: Building a Professional Image in a New Job.
La psicóloga industrial Patricia Noriega aumenta 30 días a la temporada de adaptación en la oficina, para ella los dos primeros meses en la organización son cruciales para entender los códigos no escritos de la oficina. “El nombre del juego es observar, entender cómo es la comunicación verbal y no verbal en todos los niveles, prestar atención a lo que se comenta, quién lo dice, y qué cosas se callan”.
Ver quiénes son los “jugadores” en el área es importante para saber cómo debe moverse el empleado en términos de con quién vincularse. Una falla garrafal, pero común, es querer crear lazos con todo el mundo, “como si hubieras encontrado el o a la amiga pérdida hace años y tuvieras que contarles tu vida”, menciona Noriega. Es importante mostrarse comunicativo, pero los verdaderos lazos de confianza se crearán más adelante con quien se considere prudente.
De acuerdo con cifras de la Facultad de Psicología de la UNAM, en México alrededor del 40% de quienes están en nuevo trabajo abandonaron su empleo anterior por sentir que su productividad y salud estaban siendo mermadas y sobrellevaban la situación por la escasa oferta laboral, pero a la primera oportunidad realizaron su cambio.
Falta de planes de carrera, poca motivación, bajo salario, condiciones laborales críticas, giros laborales, cualquiera de estos indicadores puede impulsar la búsqueda de otra oferta. Si es tu caso, mira las reglas que te pueden ayudar a destacar desde el inicio:
1. La entrevista. Puedes tener varios años de experiencia en una industria y en ciertas actividades, pero eso no implica ser arrogante y creer que la empresa aguantará desplantes por tus contactos y conocimientos del sector.
“No falta quienes van a una cita de trabajo y cuando les piden quedarse otro rato para una entrevista más, digan: ‘lo siento, quedé de ir por mis hijos a la escuela o recoger a mi esposo(a)’. Muestra disposición y sé educado con quien te reciba”, advierte Mayra Ortega.
2. Contratado. ¿Qué imagen quieres tener en el trabajo? Aquel que se esfuerza por entender a la organización y contribuir con ella, o alguien a quien sólo le interesa cobrar. Hoy, “no hay espacio para el que hace como que trabaja”, indica la Directora General de Lucas5.
Recuerda que no te contrataron porque hay sillas vacías y por que todo está perfecto en la empresa, quizá habrá que resolver problemas desde el inicio. Debes entender qué es importante para el jefe, qué dinámica de trabajo prefiere y qué aborrece (aunque no lo diga verbalmente). Grábate lo siguiente: tú te adaptas a la empresa, no al revés, sino lo haces de esa manera tus días en la organización están contados, afirma Mayra Ortega.
3. Cumplido desde el primer día. No hace falta que trabajes en un corporativo extranjero para demostrar que puedes ser puntual en lo que prometes. Ortega ejemplifica: cuando un jefe pregunta “¿para cuándo estará listo el reporte?” Di una fecha, olvídate del “en breve” o “es que me faltan datos”. Menos palabra y más acción, “execution”, es lo que quieren las organizaciones y lo que te hace cotizable, dice la Directora de la firma de Headhunter. Los negocios buscan incorporar a gente con la capacidad y la puntualidad necesaria para hacer que las cosas sucedan.
4. Ve y recuerda. Aquello que no se dice es crucial en la oficina, tienes seis meses para identificar el código no escrito. Esta recomendación es importante en todos los puestos. Mientras mayor la posición laboral más importante es trabajar en tu inteligencia emocional para entender cuando una “recomendación” del jefe o director es una “orden”. La iniciativa es buena, sin embargo, debes identificar dónde aplicarla. Si el director se muestra insistente en una sugerencia y tú pretendes hacer las cosas a tu estilo, esa historia no terminará bien para ti.
5. Muestra lo que vales. Mayra Ortega enfatiza que una regla en la vida corporativa actual es demostrar, en todo momento, por qué eres valioso para la organización y tu disposición para estar a su lado. “La empresa no sólo quiere gente que registre, sino que piense, proponga y resuelva”. Esto te llevará a entender el negocio.
La lealtad es otro factor de “peso”. Si al primer problema deseas correr de la empresa, o si al mes te ofrecen ‘tres pesos’ más en otro lugar y te vas, ¿qué imagen darás? Ser leal, ganarse la confianza, es “jalar parejo”, significa dar respuestas, no sólo decir “te apoyo, pero me voy a las 6:00 que acaba mi turno”. O “eso no me toca a mí”, “que la otra persona resuelva”, puntualiza Patricia Noriega.
Otro aspecto importante es no involucrarse en chismes o rumores acerca de los compañeros. Más adelante será inevitable que los escuches, pero si comienzas a tomar partido tu carrera en ese lugar puede acabar más pronto de lo imaginado. Un empleado siempre debe mantener su condición de camaleón, especialmente al inicio, hay que permearse de lo que sucede a su alrededor, adaptarse y estar lo más silencioso posible, citan en su obra Elwood Chapman y Robert Maddux.
Publicado por http://www.revistaempleos.com
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Después de todo: eres el nuevo (a) y eso te convierte en el “blanco” del equipo, que se preguntará ¿cómo eres? ¿de dónde vienes? ¿eres un recomendado? y ¿qué tan hábil serás para ganarte su confianza?
El primer mes es el más delicado. Esos días enmarcan lo que el jefe y el colaborador pueden esperar de su relación laboral en el futuro. Las primeras impresiones cuentan, así que el primer error es andar por la oficina como el ‘sabelotodo’. No pedir ayuda -sabiendo que la necesitas porque desconoces la cultura del lugar- crea una mala imagen, dicen Elwood Chapman y Robert Maddux en su libro Your First Thirty Days: Building a Professional Image in a New Job.
La psicóloga industrial Patricia Noriega aumenta 30 días a la temporada de adaptación en la oficina, para ella los dos primeros meses en la organización son cruciales para entender los códigos no escritos de la oficina. “El nombre del juego es observar, entender cómo es la comunicación verbal y no verbal en todos los niveles, prestar atención a lo que se comenta, quién lo dice, y qué cosas se callan”.
Ver quiénes son los “jugadores” en el área es importante para saber cómo debe moverse el empleado en términos de con quién vincularse. Una falla garrafal, pero común, es querer crear lazos con todo el mundo, “como si hubieras encontrado el o a la amiga pérdida hace años y tuvieras que contarles tu vida”, menciona Noriega. Es importante mostrarse comunicativo, pero los verdaderos lazos de confianza se crearán más adelante con quien se considere prudente.
De acuerdo con cifras de la Facultad de Psicología de la UNAM, en México alrededor del 40% de quienes están en nuevo trabajo abandonaron su empleo anterior por sentir que su productividad y salud estaban siendo mermadas y sobrellevaban la situación por la escasa oferta laboral, pero a la primera oportunidad realizaron su cambio.
Falta de planes de carrera, poca motivación, bajo salario, condiciones laborales críticas, giros laborales, cualquiera de estos indicadores puede impulsar la búsqueda de otra oferta. Si es tu caso, mira las reglas que te pueden ayudar a destacar desde el inicio:
1. La entrevista. Puedes tener varios años de experiencia en una industria y en ciertas actividades, pero eso no implica ser arrogante y creer que la empresa aguantará desplantes por tus contactos y conocimientos del sector.
“No falta quienes van a una cita de trabajo y cuando les piden quedarse otro rato para una entrevista más, digan: ‘lo siento, quedé de ir por mis hijos a la escuela o recoger a mi esposo(a)’. Muestra disposición y sé educado con quien te reciba”, advierte Mayra Ortega.
2. Contratado. ¿Qué imagen quieres tener en el trabajo? Aquel que se esfuerza por entender a la organización y contribuir con ella, o alguien a quien sólo le interesa cobrar. Hoy, “no hay espacio para el que hace como que trabaja”, indica la Directora General de Lucas5.
Recuerda que no te contrataron porque hay sillas vacías y por que todo está perfecto en la empresa, quizá habrá que resolver problemas desde el inicio. Debes entender qué es importante para el jefe, qué dinámica de trabajo prefiere y qué aborrece (aunque no lo diga verbalmente). Grábate lo siguiente: tú te adaptas a la empresa, no al revés, sino lo haces de esa manera tus días en la organización están contados, afirma Mayra Ortega.
3. Cumplido desde el primer día. No hace falta que trabajes en un corporativo extranjero para demostrar que puedes ser puntual en lo que prometes. Ortega ejemplifica: cuando un jefe pregunta “¿para cuándo estará listo el reporte?” Di una fecha, olvídate del “en breve” o “es que me faltan datos”. Menos palabra y más acción, “execution”, es lo que quieren las organizaciones y lo que te hace cotizable, dice la Directora de la firma de Headhunter. Los negocios buscan incorporar a gente con la capacidad y la puntualidad necesaria para hacer que las cosas sucedan.
4. Ve y recuerda. Aquello que no se dice es crucial en la oficina, tienes seis meses para identificar el código no escrito. Esta recomendación es importante en todos los puestos. Mientras mayor la posición laboral más importante es trabajar en tu inteligencia emocional para entender cuando una “recomendación” del jefe o director es una “orden”. La iniciativa es buena, sin embargo, debes identificar dónde aplicarla. Si el director se muestra insistente en una sugerencia y tú pretendes hacer las cosas a tu estilo, esa historia no terminará bien para ti.
5. Muestra lo que vales. Mayra Ortega enfatiza que una regla en la vida corporativa actual es demostrar, en todo momento, por qué eres valioso para la organización y tu disposición para estar a su lado. “La empresa no sólo quiere gente que registre, sino que piense, proponga y resuelva”. Esto te llevará a entender el negocio.
La lealtad es otro factor de “peso”. Si al primer problema deseas correr de la empresa, o si al mes te ofrecen ‘tres pesos’ más en otro lugar y te vas, ¿qué imagen darás? Ser leal, ganarse la confianza, es “jalar parejo”, significa dar respuestas, no sólo decir “te apoyo, pero me voy a las 6:00 que acaba mi turno”. O “eso no me toca a mí”, “que la otra persona resuelva”, puntualiza Patricia Noriega.
Otro aspecto importante es no involucrarse en chismes o rumores acerca de los compañeros. Más adelante será inevitable que los escuches, pero si comienzas a tomar partido tu carrera en ese lugar puede acabar más pronto de lo imaginado. Un empleado siempre debe mantener su condición de camaleón, especialmente al inicio, hay que permearse de lo que sucede a su alrededor, adaptarse y estar lo más silencioso posible, citan en su obra Elwood Chapman y Robert Maddux.
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