Publicado en La Opinión de Málaga
Alejandra Guillén
Un aciago acontecimiento como fue la destrucción de los Budas gigantes de Bamiyán (Afganistán), esculpidos en arenisca durante los siglos III y IV, y situados cerca de Kabul y dinamitados hace unos años por los talibanes, dio las pistas necesarias para la puesta en marcha de un proyecto tecnológico que protege nuestro patrimonio histórico-artístico.
El equipo científico de la empresa Nerea Arqueología Subacuática, dentro de su línea empresarial de I+D+i, ha desarrollado un novedoso sistema en Málaga que permite escanear al milímetro mediante rayos láser toda la estructura de un edificio, garantizando la preservación en formato digital de todos los detalles de la edificación (fachadas e interiores de conjuntos monumentales y las secciones y plantas de un yacimiento arqueológico), incluyendo las más pequeñas imperfecciones como resquicios o grietas.
Este sistema ha revolucionado las disciplinas de la topografía, la ingeniería civil y la criminología, pero ahora se prepara para dejar su huella en la preservación del patrimonio cultural. Dada su sobresaliente utilidad, que también ha sido aprovechada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en las ruinas romanas de Herculano, Nerea –junto con la tecnología de Leica System y la empresa Prospermar, además del apoyo del Ministerio de Cultura para modernizar empresas– ha comenzado a utilizarla para digitalizar grandes monumentos.
La Puerta del Mercado de Atarazanas y diversos yacimientos arqueológicos de la provincia han sido sus primeros modelos en versión digital. Han sido transformados en una nube de puntos, cuadrículas y barridos digitalmente, sin tocar ningún ladrillo ni vestigio. Según cuenta el arqueólogo y gerente de Nerea, Javier Noriega, el sistema, que es «muy rápido y fiable», está siendo muy solicitado. Diversas ciudades españolas con un gran valor patrimonial están interesadas en esta «herramienta de conservación del patrimonio».
El escáner láser es capaz de registrar 50.000 puntos por segundo, enviando la información obtenida en tiempo real hacia un receptor conectado a un ordenador, donde los datos son tratados para después visualizar todas las características del edificio.
«Cualquier monumento puede desaparecer por diversos motivos, como guerras, terremotos o cualquier otro desastre y este escaneo digital, que recoge información al milímetro, es una especie de archivo de nuestra memoria histórica», observa Javier Noriega.
El software del aparato y sus herramientas de trabajo, que la empresa Leica System ha aplicado hasta ahora a obras civiles, está totalmente adaptado al patrimonio histórico y a la arqueología. En este último caso, afirma Noriega, supone un ahorro de trabajo, porque se eliminaría la fase en la que el arqueólogo dibuja la excavación a mano alzada.
«El escaneo digital ofrece una imagen con una potencia brutal», explica Noriega, que comparte este trabajo con los arqueólogos Daniel Florido y Miguel Ángel Sabastro.