
“El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños.”
Eleanor Rooservelt
Tiene un contenido bajo en calorías, niveles moderados de vitamina C y pequeñas cantidades de vitaminas del complejo B, hierro y fósforo. El rábano tiene un sabor picante característico, debido a la presencia de aceite de mostaza en el tubérculo. Habitualmente se consumen frescos en ensaladas. También se pueden hervir o freír, especialmente los tubérculos de las variedades de ciclo largo, que son más largos y consistentes. Las hojas también son un alimento interesante como sustituto de las espinacas en una tortilla o en un plato de verdura.
El cultivo es muy rápido y se puede hacer casi todo el año pues resiste el frio, siempre y cuando no haya peligro de heladas fuertes. En invierno la duración del cultivo será mayor que en verano y primavera. El calor intenso del verano puede provocar un gusto más picante y el espigado de la planta sobre todo si se descuidan los riegos; aunque existen variedades de verano que toleran mejor el calor estival. A la hora de plantar se debe hacer la siembra directamente sobre el terreno, esparciendo las semillas o en echándolas en hileras. Después de la germinación, deberemos eliminar las plantas que sobren hasta dejar unos 5 cm de separación entre ellas Es una buena idea sembrar una hilera de rabanitos cada 10 días para obtener una cosecha continua durante toda la primavera y verano.
Como se trata de un cultivo muy corto, no presenta incompatibilidades importantes. Aun así, se asocia bien con lechugas y guisantes, y es preferible evitar las verduras de la misma familia como la col, la coliflor o el nabo. Además no es muy exigente en clima y se adapta a cualquier tipo de suelo, aunque prefiere aquéllos ricos en humus. Es interesante para el cultivo en macetas y balcones debido a que no ocupa mucho espacio y crece con gran rapidez.