Cuando se le pregunta a un profesionista moderno cuál es el objetivo principal de su carrera, muchas veces suelen decir que es lograr el éxito. Muchos otros hablan de alcanzar la plenitud y el balance entre la vida profesional y personal, es decir hacer contribuciones reales en la empresa para la cual laboran y tener tiempo de gozar de una vida sana.
Sin embargo, Craig Chappelow del sitio Fast Company asegura que el balance entre la vida personal y laboral es imposible. De hecho, este mito hace que las personas se esfuercen por tener una vida perfectamente nivelada, aunque eso requiera esfuerzos sobrehumanos.
Chappelow indica que esto rara vez ocurre pues en general terminamos demasiado agotados de nuestro quehacer profesional para poder atender de manera efectiva todos los aspectos personales del día.
El autor indica que en los miles de artículos que existen en la red sobre el balance de la vida personal y laboral predomina una mentalidad de víctima. Es decir, nuestras vidas están fuera de balance no por nuestra culpa, sino por el trabajo que tenemos o la compañía para la que laboramos, pareja demandante, hijo necesitado, etcétera.
Y en segundo lugar, tendemos a buscar soluciones rápidas para esta situación. Entre las soluciones típicas encontramos:
Trabajar desde casa para tener lo mejor de ambos mundos: muchas veces el teletrabajo se vende como "La respuesta" a los problemas de equilibrio y plenitud del trabajador, pero muchas veces se olvida lo que implica trabajar desde casa como las dificultades para "desconectar" del trabajo.
Aprender a decir no: se supone que uno se puede evitar una serie de problemas al aprender a negarse a hacer las cosas, pero en el mercado laboral del día de hoy nos enseña que hay 100 personas dispuestas a tomar tu lugar y a hacer lo que tú no quieras. Lección: No decir no, a menos de que se tenga una influencia real.
Tener más ayuda en la casa facilita las cosas: nunca está demás contar con la ayuda de alguien para mantener limpia la casa o para cortar el césped para tener más tiempo libre. Sin embargo, estudios han demostrado que la gente aprovecha ese espacio libre para trabajar. Chappelow agrega que incluso hay personas que no quieren dedicarle menos tiempo a su trabajo, pues disfrutan su labor, y al contrario, encuentran las labores de la casa tediosas y fútiles.
El autor señala que lo que en realidad buscamos, más que balance es control, es decir, mejores maneras de manejar la vida laboral, el estrés y los límites que nuestra propia labor trae consigo.
El verdadero balance entre vida personal y profesional se encuentra entre más se acceda al liderazgo y autogobierno.
Algunas ideas para comenzar a lograr ese control:
Apuntala el frente interno: una gran fuente de estrés en nuestras vidas viene de los problemas de relación con nuestras familias. Trabaja en ello, busca asesoramiento profesional, genera espacios para fortalecer las relaciones, etcétera. Si el volver a casa te produce más estrés que estar en el trabajo, es momento de cambiar de dirección y tratar de salvar la relación con tus seres queridos. Hacer algo para arreglar el problema te hará sentir mejor.
Evita quejarte: si te sientes sobrecargado de trabajo, ¿cómo crees que se sienten tus compañeros? En lugar de gastar tu energía viendo lo que está mal en tu oficina, concéntrate en reformular tu carrera y pensar hacia dónde dirigirla. Tal vez sea momento de un cambio de profesión o empresa.
Aprende a decir “no”, pero de manera estratégica: el mejor momento para tomar el control de un trabajo es antes de aceptarlo, pues una vez que lo aceptas, tu poder de negociación disminuye. Sé claro con lo que puedes dar al respecto de un trabajo y cómo serás evaluado al respecto. Si tu jefe te da una tarea más, trata de liberar algunos pendientes antes.
Públicado por http://www.altonivel.com.mx
Sin embargo, Craig Chappelow del sitio Fast Company asegura que el balance entre la vida personal y laboral es imposible. De hecho, este mito hace que las personas se esfuercen por tener una vida perfectamente nivelada, aunque eso requiera esfuerzos sobrehumanos.
Chappelow indica que esto rara vez ocurre pues en general terminamos demasiado agotados de nuestro quehacer profesional para poder atender de manera efectiva todos los aspectos personales del día.
El autor indica que en los miles de artículos que existen en la red sobre el balance de la vida personal y laboral predomina una mentalidad de víctima. Es decir, nuestras vidas están fuera de balance no por nuestra culpa, sino por el trabajo que tenemos o la compañía para la que laboramos, pareja demandante, hijo necesitado, etcétera.
Y en segundo lugar, tendemos a buscar soluciones rápidas para esta situación. Entre las soluciones típicas encontramos:
Trabajar desde casa para tener lo mejor de ambos mundos: muchas veces el teletrabajo se vende como "La respuesta" a los problemas de equilibrio y plenitud del trabajador, pero muchas veces se olvida lo que implica trabajar desde casa como las dificultades para "desconectar" del trabajo.
Aprender a decir no: se supone que uno se puede evitar una serie de problemas al aprender a negarse a hacer las cosas, pero en el mercado laboral del día de hoy nos enseña que hay 100 personas dispuestas a tomar tu lugar y a hacer lo que tú no quieras. Lección: No decir no, a menos de que se tenga una influencia real.
Tener más ayuda en la casa facilita las cosas: nunca está demás contar con la ayuda de alguien para mantener limpia la casa o para cortar el césped para tener más tiempo libre. Sin embargo, estudios han demostrado que la gente aprovecha ese espacio libre para trabajar. Chappelow agrega que incluso hay personas que no quieren dedicarle menos tiempo a su trabajo, pues disfrutan su labor, y al contrario, encuentran las labores de la casa tediosas y fútiles.
El autor señala que lo que en realidad buscamos, más que balance es control, es decir, mejores maneras de manejar la vida laboral, el estrés y los límites que nuestra propia labor trae consigo.
El verdadero balance entre vida personal y profesional se encuentra entre más se acceda al liderazgo y autogobierno.
Algunas ideas para comenzar a lograr ese control:
Apuntala el frente interno: una gran fuente de estrés en nuestras vidas viene de los problemas de relación con nuestras familias. Trabaja en ello, busca asesoramiento profesional, genera espacios para fortalecer las relaciones, etcétera. Si el volver a casa te produce más estrés que estar en el trabajo, es momento de cambiar de dirección y tratar de salvar la relación con tus seres queridos. Hacer algo para arreglar el problema te hará sentir mejor.
Evita quejarte: si te sientes sobrecargado de trabajo, ¿cómo crees que se sienten tus compañeros? En lugar de gastar tu energía viendo lo que está mal en tu oficina, concéntrate en reformular tu carrera y pensar hacia dónde dirigirla. Tal vez sea momento de un cambio de profesión o empresa.
Aprende a decir “no”, pero de manera estratégica: el mejor momento para tomar el control de un trabajo es antes de aceptarlo, pues una vez que lo aceptas, tu poder de negociación disminuye. Sé claro con lo que puedes dar al respecto de un trabajo y cómo serás evaluado al respecto. Si tu jefe te da una tarea más, trata de liberar algunos pendientes antes.
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