A la hora de cambiar de empleo, la ubicación de la empresa ya importa tanto como el sueldo

Si bien la inflación hace que la propuesta salarial ocupe un lugar preponderante a la hora de cambiar de empleo, cada vez más postulantes priorizan otros aspectos cuando evalúan un ofrecimiento laboral.

En el escenario económico actual el sueldo es un incentivo importante, es cierto. Sin embargo, en el segmento de los ejecutivos y profesionales, a la hora de plantearse esa decisión entran en juego otros factores, que van desde la posibilidad de desarrollo de carrera que ofrezca la organización hasta -incluso- la ubicación de la empresa.

Así, al momento de elegir entre dos propuestas igualmente tentadoras, no es lo mismo que la oficina del futuro empleador se localice en el microcentro porteño que en Palermo, si este último barrio le resulta más cercano a quien evalúa el cambio. A su vez, quien reside en Zona Sur, suele descartar, por ejemplo, un ofrecimiento para trabajar en Zona Norte, y viceversa.

Sucede que, tanto por el caos de tránsito que existe en la Ciudad de Buenos Aires como por los hechos de inseguridad que se conocen a diario, la zona de trabajo resulta un aspecto que se tiene cada vez más en cuenta al dar el "sí", más allá de la edad y perfil del candidato.

"Actualmente, para muchos profesionales, sobre todo jóvenes de la Generación Y, aunque más grandes también, el motivo de cambio laboral no es el dinero ni las posibilidades de desarrollo sino la distancia. No quieren perder tres horas de su día viajando", señala la experta en selección Gloria Cassano.

En ese sentido, la especialista en reclutamiento cuenta que una clásica pregunta que aparece en las entrevistas es "¿Dónde está situada la empresa?". Y si la respuesta es que está a 15 cuadras de la casa del entrevistado, éste no duda en aceptar la propuesta, aunque el sueldo sea el mismo, porque puede ir caminando o en bicicleta.

Asimismo, "las mujeres evalúan la zona porque no quieren correr riesgos con su seguridad. En todos los casos ellas quieren saber y conocer el lugar de trabajo antes de tomar una decisión", dice Cassano.

Y desde la firma Oxford Partner, Ana Renedo remarca que "la ubicación de la compañía hoy es un diferencial, incluso, para las posiciones más senior. La gente no quiere perder más tiempo viajando."

"Acabamos de reclutar un jefe de Cobranzas que acepta por el mismo sueldo porque podrá ir en bicicleta al trabajo (casado, dos chiquitos) y, actualmente dedicaba casi tres horas a su traslado", ejemplifica Cassano.

Recientemente, en su consultora también seleccionaron a un gerente de Operaciones para una planta ubicada en San Martín. Este ejecutivo decidió cambiar de compañía por la misma remuneración. ¿El motivo? Vive en Caseros y estaba trabajando en Berazategui.

Ante un ofrecimiento, el top management también repara en el lugar trabajo no solo por los robos sino, además, por los secuestros.

En este sentido, Renedo manifiesta que "en los niveles muy altos de la pirámide se interesan mucho por este aspecto porque tienen autos caros. Si la zona no es muy amigable, te pueden decir que no, aunque la propuesta sea interesante".

Qué buscan la "Generación Y" y los altos ejecutivos

Más allá de reparar en este aspecto, tanto en el caso de gerentes generales como de quienes recién ingresan al mercado laboral, Ezequiel Palacios, socio de Michael Page Argentina, propone diferenciar los drivers de los postulantes junior de aquellos que movilizan a los perfiles senior.

"Quienes están iniciando su carrera profesional priorizan las posibilidades de hacer escuela en una compañía, es decir, de formación y desarrollo, incluso, muchas veces por sobre el salario", dice el experto en búsquedas ejecutivas.

A su vez, Diego Kirschnebaum, director de la consultora Capital Humano, hace hincapié en que la "Generación Y" valora mucho el equilibrio entre vida laboral y personal que posibilite la compañía que le ofrece el puesto ya que, disponer de tiempo libre, es una de sus prioridades.

"Hoy los jóvenes privilegian mayor cantidad de días de vacaciones, la posibilidad de hacer home office, tener una menor carga horaria los viernes, y contar con un día libre al mes, como así también los descuentos en gimnasios y espacios recreativos en la oficina", detalla el consultor.

Según Kirschnebaum, en las entrevistas también indagan sobre el tipo de estructura que posee la compañía y cuanto feedback suele dar el top management a los empleados de menor jerarquía ya que, como ellos prefieren las relaciones horizontales, suelen decirle "no" a las empresas con estructuras de mando muy verticalistas.

En definitiva, apunta el especialista, "la Generación Y piensa en el corto plazo, no le intensa tanto el plan de carrera. Quieren un trabajo que les guste, les divierta y un buen ambiente laboral".

En cambio, "los candidatos a una posición de dirección o gerencia general hacen más hincapié en la remuneración de largo plazo, en la parte variable de la compensación, porque suele ser con la que marcan una diferencia", sostiene Palacios.

"Evalúan, a su vez, la posibilidad de tener una carrera internacional. Si bien hoy esto es más complicado por la situación económica mundial, es un aspecto al que suelen prestarle atención", remarca el socio de Michael Page.

Además, ponen en la balanza los desafíos que tendrán en la futura posición y el nivel de independencia que se les posibilitará en cuanto a la toma de decisiones, lo cual está muy vinculado al peso que tenga la filial local respecto al headquarter.

En esta línea, Renedo, desde Oxford Partners, apunta que, más que el salario, lo primero que un candidato senior evalúa es el desafío que la organización le propone.

Es que, e
ste tipo de perfiles rara vez va a cambiar de compañía por dinero: saben que eso será una consecuencia de su desempeño.

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