El dolor como germen poético.


“ Vi que el dolor es el único alimento de la memoria porque el placer termina en si mismo”.

Como todos los viernes, Jorge, aprovecha nuestra visita para terminar ( desde otro ángulo) su semblaza de la figura de Octavio Augusto.

El poeta Ovidio nació en al año 43 A.J. en Sulmona, una pequeña localidad de los Abruzzos.Tuvo un padre rico que le preparó al hijo la carrera de los honores y lo envió a Roma a estudiar retórica. Pero Ovidio no tenía otra vocación que la de las Musas. “¿ Por qué buscar la gloria en las batallas o en vociferar en el ingrato foro? Yo quiero que mi gloria sea inmortal ”. Por otra parte le sobraba dinero para vivir a su antojo.
El amor le proporcionó un interesante asunto de estudio psicológico. Ovidio estaba inspirado por la musa frívola de los versos amorosos. Digo frívola, porque Ovidio reconoce no haber vivido lo que escribe, sus versos amorosos son una fantasía, un juego erótico, un placentero entretenimiento. Sus poemas son un bello artificio de elegantes palabras, con imágenes picantes, de doble sentido, a veces chocantes, inspiradas en la cultura griega. Sin embargo, carecen de ese aliento de autenticidad que tienen las pasiones violentas sentidas en la propia carne.
Al contrario que Virgilio y Horacio que dependían económicamente de Mecenas, es decir del círculo político de Augusto, y contribuían con su poesía a la tarea moralizadora emprendida por el Emperador. Ovidio era independiente y se sentía imbuido del júbilo y de la frivolidad de costumbres de la que hacía gala la clase aristocrática. En el año 8 A J, el mismo en que Octavio con profundo dolor, veíase obligado a desterrar a su hija Julia, por desafiar con su conducta sexual, los decretos paternos, Ovidio tuvo la ocurrencia de publicar “El Ars Amandi”. Una especie de manual sobre estrategia amorosa para uso de ambos sexos, en el que con sugestivas imágenes eróticas, se canta el gozo del amor sensual, y la libertad de costumbres por encima de cualquier otra consideración. La inmensa popularidad que el libro alcanzó, evidenció ante todos, el fracaso absoluto del emperador en su intento de reformar las costumbres e imponer normas de moralidad pública. En consecuencia Augusto consideró a Ovidio un corruptor de la juventud.

Cuando, en año 2 D. J., la propia nieta de Augusto, fue desterrada de Roma por imitar a su nada virtuosa madre, Ovidio, que contaba 50 años de edad, apareció implicado en el escándalo como uno de su amantes. Por este motivo, fue desterrado a Tomi ( la actual Constanza) en la orilla Occidental del mar Negro. "El arte de amar" fue prohibido.
La pequeña colonia romana estaba aislada entre inmensas estepas, rodeada de bárbaras tribus escitas. Ovidio escribió a sus amigos de Roma, un montón de cartas llenas de súplicas, tratando de calmar la cólera de Augusto. “Los único artículos que producen los escitas son las flechas con las que matan de vez en cuando a algún colono”. En ellas, Tomi aparece como un pobre poblado insoportable para quien ha gozado del lujo y las comodidades de Roma. Describe la crudeza de los inviernos, durísimos para quien ha estado acostumbrado al sol y al clima cálido de Italia. El desterrado se lamenta de su destino, tratando de sobrevivir y dedicado escribir melancólicos versos " Los tristes" y cientos de cartas a su mujer y a sus amigos, pidiéndoles que intercedan ante Augusto."Las Epistulae ex Ponto” son cuatro libros de cartas poéticas, llenas de la autenticidad y de la fuerza poética, que sólo conoce, quien tiene el alma atormentada.Ovidio ya nada tiene que ver con aquel joven patricio, que escribía frivolidades amorosas.
¡Pero todo es en vano, cuando se trata de aplacar emperador!; Octavio permaneció inconmovible. ¡Jamás perdonaría a aquel inconsciente que había trivializado, que se había burlado de las causas de su desgracia!.
Enfermo de cuerpo y del alma, Ovidio arrastró una vida desgraciada.La voz del poeta enmudeció precisamente cuando el dolor le había hecho alcanzar la cima de su talento. Después de diez años de destierro, aquel poeta, tan feliz y despreocupado en otro tiempo, fue conducido a su última morada en las playas inhospitalarias del mar Negro