Una de las alegrías del autocultivo es ver crecer las plantas provenientes de tus propias semillas. Esto nos hace más autosuficientes y nos permite conservar variedades adaptadas a la zona.
El mundo de las semillas es apasionante, exige una gran dedicación y mucha concentración, pero mejora la biodiversidad de tu zona y preserva variedades seleccionadas durante miles de años. Además permite un ahorro de dinero a medio plazo.
Por ello,no estaría de mas consultar algún libro como El placer de obtener semillas, de Jérôme Goust.Este ejemplar, es de los libros más completos que hablan del tema. También os puede ayudar este manual de la Junta de Andalucia, Cómo obtener tus propias semillas: manual para agricultores ecológicos.
Con un poco de esmero podrás guardar variedades con todo su vigor, legado de nuestros antepasados y qué debemos mejorar o al menos conservar para las generaciones venideras. Aunque nada que ver con el proyecto del Ártico, del que hablaba en la anterior entrada, estaremos poniendo nuestro grano de arena en la conservación de la biodiversidad agrícola.