La nueva moda no es otra que hacer preguntas imposibles y acertijos que en ocasiones se alejan de la función real del trabajo a desempeñar. Pero todavía hay quien está dispuesto a someterse a ellos.
"Imagine que le han reducido al tamaño de una moneda y lo han arrojado a una batidora. Su masa se ha reducido, pero su densidad es la misma. Las cuchillas empezarán a moverse en 60 segundos. ¿Qué hace?". Esta es una de las preguntas que William Pundstone descifra en el final de ¿Es lo bastante inteligente como para trabajar en Google?, y la incógnita de una de las entrevistas que los candidatos a trabajar en el gran buscador deben responder para entrar a formar parte de la plantilla. El premio: un trabajo y poder disfrutar en la compañía de 11 restaurantes con comida orgánica, paredes para escalar y piscinas, mesas de ping-pong, futbolines y mesas de juegos, lavandería gratis y más beneficios para fomentar su bienestar y rendimiento.
De Google a Oxford
"Gran parte de las cuestiones que se emplean en las entrevistas hoy en día pretenden tanto eliminar a los niñatos sabiondos como encontrar a los genios", afirma Pundstone en su libro, que pretende dar pequeños trucos para los desempleados más desaventajados.
Entre ellos cosas relativamente sencillas como replantear la pregunta, aplicar analogías o describir por qué no sirve la respuesta más obvia.
Todas ellas para hacer frente a la temida "mente en blanco".
Pundstone, sin embargo, considera que "no existe ningún criterio 100% fiable para la selección de personal". Muchos de ellos, sean entrevistas o debates en grupo, pueden crear un sentimiento de injusticia entre los candidatos cuando este es poco familiar. Desde que en 2008 el mercado laboral colapsara, las grandes empresas como Google, Apple o IBM han hecho que se expandan los acertijos y los maratones de entrevistas, provocando que otras empresas asimilen esto en sus departamentos de Recursos Humanos.
Su estela también ha llegado a algunas universidades como Cambridge u Oxford, ambas reconocidas por el prestigio de sus alumnos, que se enfrentan en su ingreso a las temidas "cuestiones Oxbridge". El escritor estadounidense explica que la admisión incluye rompecabezas y paradojas filosóficas, con un peculiar aire británico de fantasía, del calibre de: "¿Cómo le describiría un ser humano a un marciano?".
Esta realidad ya ha dado un salto a lo virtual, y la empresa francesa "Athalia" en compañía del Centro francés de Realidad Virtual, crearon un simulador para recrear entrevistas de trabajo con la tecnología tridimensional.
Un jurado virtual
"La ventaja principal de esta fórmula es su utilidad a la hora de entrenar a aspirantes a un trabajo en agencias de búsqueda de empleo", afirmaron las dos entidades a la emisora de radio "Europe 1" el pasado abril. El programa enfrenta al candidato a cuatro examinadores virtuales que ponen voz a las preguntas de la selección.
Ambas empresas no han adelantado cuándo estará disponible la herramienta que también será de utilidad para empresas interesadas en delegar en esos robots el trabajo de recursos humanos.
Eduardo Bielsa/Efe Reportajes