La falta de estímulos laborales genera insatisfacción, y se convierte en un factor de renuncia; un mal ambiente en la oficina repercute en la productividad, la salud y las relaciones personales.
Más de 36% de los desempleados en México abandonaron su anterior ocupación por insatisfacción laboral. En las organizaciones es común encontrar trabajadores en esa condición, con productividad y salud "mermadas", pero que soportan la situación por la escasa oferta de empleo, expresa Peniche Amante.
La encuesta del INEGI arroja que el 41.6% de los trabajadores en el país no cuentan con prestaciones; 28.8% pertenece al sector informal de la economía; 8.31% está subocupado, y 11.13% se encuentra en condiciones críticas de ocupación. A su vez, hay casi 15 millones de empleados sin contrato escrito.
Estos números son la "puerta de entrada" para que muchos profesionales aceleren su movilidad laboral por la falta de un esquema de recompensa "atractivo", las amplias jornadas y hasta el tiempo destinado a su traslado, ejemplifica Rodrigo Peniche.
"El empleado empieza por cuestionarse, ¿vale la pena lo que hago en ir y venir a un trabajo si no tengo un contrato, o ni siquiera una prestación de salud? Esos factores se suman y la gente que no tiene un compromiso familiar o económico fuerte termina por cambiar de trabajo a la primer oferta", señala la también psicóloga por la UNAM, Martha Franco.
La precariedad en el mercado laboral, según Peniche Amante, no sólo genera baja productividad, también representa un costo mayor para las empresas en cuanto a cuotas a la seguridad social, por los accidentes y las enfermedades que sufren los empleados a causa de su estado emocional y el tiempo que demande su recuperación.
Este escenario es común en un país como México, donde la saturación en diversas profesiones y perfiles laborales hace pensar a los empleadores y a muchos jefes de "la vieja escuela" que se trabaja sólo para recibir un salario, mientras que a las empresas u organismos públicos con sistemas de administración tradicional no les importa la satisfacción de sus empleados, subraya el académico de la Facultad de Psicología.
¿Cuáles son los detonantes de la insatisfacción en el mexicano?
Rodrigo Peniche explica que el grado de malestar abarca varios grados. Pueden ser desde tener instalaciones que, literalmente, enferman al empleado con poca iluminación, ventilación y hacinamiento, hasta factores psicosociales como la percepción de compensación de esfuerzo y el tipo de responsabilidades que se tienen. Es decir, qué oportunidades reales de crecimiento existen en la organización.
"Si la persona siente que está ‘atascado', por la falta de variación en sus actividades, y el reto que le dan no embona con su idea de desarrollo profesional y personal, se siente rehén y ese ánimo se contagia entre compañeros", subraya Martha Franco.
Si alguien cae en esa situación de poca o nula motivación puede llegar a presentar problemas de salud como catarros, trastornos estomacales y dolores de cabeza frecuentes, destaca el representante de la Facultad de Psicología de la UNAM. Además, ocurre en mayor medida el ausentismo, se tienen más roces con los compañeros, se presentan ataques de irritabilidad, maltrato a los usuarios y demoras en las entregas.
"Lo que te impulsa como empleado son las compensaciones emocionales. Faltan atenciones, puede haber bonos, que quieran ‘emocionarte' con un extra a fin de año; pero si tienes un jefe que no te reconoce o se interpone para realizar tu trabajo, eso te hace sentir atrapado, con ánimo de renunciar e irte a otra organización a la primera oportunidad", indica David Estrada, relacionista público.
Peniche Amante, especialista en psicología organizacional considera que existe una estrecha relación entre no estar satisfecho y el desempeño, sobre todo en individuos mayores de 30 años, "más en las mujeres y quienes tienen poco control y menor variación en las tareas que realizan". Por ello, la persona debe preocuparse por identificar cómo proponer que sus actividades laborales se enriquezcan y no caer en la rutina.
"El propio colaborador debe ocuparse de su salud, de sus horas de sueño, de comer bien y no descuidar las relaciones con sus compañeros, porque en un ambiente laboral es fácil caer en rivalidad y conflictos", reconoce Peniche Amante.
Algunas recomendaciones a las empresas incluyen la implementación de planes que incluyan la rotación de puestos, procurar la convivencia, evitar permanecer en las instalaciones 12 horas continuas para que los empleados no violenten su vida familiar o proyectos. "Si se invierte en recursos humanos, tendrán trabajadores más felices y leales", puntualiza.
Publicado por http://www.cnnexpansion.com
Más de 36% de los desempleados en México abandonaron su anterior ocupación por insatisfacción laboral. En las organizaciones es común encontrar trabajadores en esa condición, con productividad y salud "mermadas", pero que soportan la situación por la escasa oferta de empleo, expresa Peniche Amante.
La encuesta del INEGI arroja que el 41.6% de los trabajadores en el país no cuentan con prestaciones; 28.8% pertenece al sector informal de la economía; 8.31% está subocupado, y 11.13% se encuentra en condiciones críticas de ocupación. A su vez, hay casi 15 millones de empleados sin contrato escrito.
Estos números son la "puerta de entrada" para que muchos profesionales aceleren su movilidad laboral por la falta de un esquema de recompensa "atractivo", las amplias jornadas y hasta el tiempo destinado a su traslado, ejemplifica Rodrigo Peniche.
"El empleado empieza por cuestionarse, ¿vale la pena lo que hago en ir y venir a un trabajo si no tengo un contrato, o ni siquiera una prestación de salud? Esos factores se suman y la gente que no tiene un compromiso familiar o económico fuerte termina por cambiar de trabajo a la primer oferta", señala la también psicóloga por la UNAM, Martha Franco.
La precariedad en el mercado laboral, según Peniche Amante, no sólo genera baja productividad, también representa un costo mayor para las empresas en cuanto a cuotas a la seguridad social, por los accidentes y las enfermedades que sufren los empleados a causa de su estado emocional y el tiempo que demande su recuperación.
Este escenario es común en un país como México, donde la saturación en diversas profesiones y perfiles laborales hace pensar a los empleadores y a muchos jefes de "la vieja escuela" que se trabaja sólo para recibir un salario, mientras que a las empresas u organismos públicos con sistemas de administración tradicional no les importa la satisfacción de sus empleados, subraya el académico de la Facultad de Psicología.
¿Cuáles son los detonantes de la insatisfacción en el mexicano?
Rodrigo Peniche explica que el grado de malestar abarca varios grados. Pueden ser desde tener instalaciones que, literalmente, enferman al empleado con poca iluminación, ventilación y hacinamiento, hasta factores psicosociales como la percepción de compensación de esfuerzo y el tipo de responsabilidades que se tienen. Es decir, qué oportunidades reales de crecimiento existen en la organización.
"Si la persona siente que está ‘atascado', por la falta de variación en sus actividades, y el reto que le dan no embona con su idea de desarrollo profesional y personal, se siente rehén y ese ánimo se contagia entre compañeros", subraya Martha Franco.
Si alguien cae en esa situación de poca o nula motivación puede llegar a presentar problemas de salud como catarros, trastornos estomacales y dolores de cabeza frecuentes, destaca el representante de la Facultad de Psicología de la UNAM. Además, ocurre en mayor medida el ausentismo, se tienen más roces con los compañeros, se presentan ataques de irritabilidad, maltrato a los usuarios y demoras en las entregas.
"Lo que te impulsa como empleado son las compensaciones emocionales. Faltan atenciones, puede haber bonos, que quieran ‘emocionarte' con un extra a fin de año; pero si tienes un jefe que no te reconoce o se interpone para realizar tu trabajo, eso te hace sentir atrapado, con ánimo de renunciar e irte a otra organización a la primera oportunidad", indica David Estrada, relacionista público.
Peniche Amante, especialista en psicología organizacional considera que existe una estrecha relación entre no estar satisfecho y el desempeño, sobre todo en individuos mayores de 30 años, "más en las mujeres y quienes tienen poco control y menor variación en las tareas que realizan". Por ello, la persona debe preocuparse por identificar cómo proponer que sus actividades laborales se enriquezcan y no caer en la rutina.
"El propio colaborador debe ocuparse de su salud, de sus horas de sueño, de comer bien y no descuidar las relaciones con sus compañeros, porque en un ambiente laboral es fácil caer en rivalidad y conflictos", reconoce Peniche Amante.
Algunas recomendaciones a las empresas incluyen la implementación de planes que incluyan la rotación de puestos, procurar la convivencia, evitar permanecer en las instalaciones 12 horas continuas para que los empleados no violenten su vida familiar o proyectos. "Si se invierte en recursos humanos, tendrán trabajadores más felices y leales", puntualiza.
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