En épocas navideñas, no puedes evitar la nostalgia y la alegría que esos momentos traen. Cálidas imágenes de la familia reunida disfrutando del tiempo juntos, niños con grandes sonrisas jugando con juguetes nuevos, la parrilla a fuego abierto, y las maravillosas decoraciones y la comida están por todas partes.
No es que estas cosas sean malas, pero si eres como la mayoría de las personas, sabes que la realidad de las fiestas rara vez hacen honor a la nostalgia y la alegría de las fiestas que se muestra en las películas, la televisión y la cultura popular.
Estas son muy estresantes para la mayoría. Las compras, las multitudes, los viajes; los costos… todas estas cosas se suman a una fiesta que suele ser mucho menos ideal que las imágenes perfectas conjuradas en nuestras cabezas.
Cada año, parece también hay un sin fin de personas que nos quieren hacer recordar la razón de estas fiestas; familia, amigos, y dar. Siempre es un buen recordatorio y el contrapunto de la loca carrera por el último gadget o juguete que, a la larga, terminará en la basura o como pisapapeles.
Pero incluso esto no siempre está a la altura de lo ideal. Después de todo, la mayoría de las personas tienen “amigos” y familiares que preferirían no ver durante esas fiestas, y probablemente lo contrario también; amigos y familiares que nos gustaría ver, pero que no pueden aparecer por numerosas razones.
Cualquiera que haya tenido que sentarse y sufrir una conversación con un tío loco durante una cena navideña sabe que las relaciones son importantes, estas pueden dar vida y pueden drenarla. Peor aún, esos que tienen horribles relaciones familiares y han sufrido peleas y discusiones en los días de fiesta saben cómo las malas relaciones pueden arruinar hasta el mejor de los momentos y convertir las fiestas de un momento de nostalgias a uno de terribles pesadillas.
En los negocios, pasa lo mismo.
En la vida, no podemos elegir a nuestra familia. Para bien o para mal, estamos atados a ellos, y tratamos de hacer lo mejor que podemos. Pero en los negocios, tenemos por suerte la opción de elegir con quién estaremos relacionados; y elegir buenos socios, en los negocios, es una de las decisiones más importantes que un emprendedor tendrá que tomar.
Más que nada, un socio en los negocios es como una esposa en un matrimonio. Tú quieres elegir a alguien que te guste, que te haga mejor, y que entre en la relación deseando a dar más de lo que él o ella toma (tú también debes tener esa misma mentalidad).
Si has sido parte de un buen matrimonio, ya sabes lo que un matrimonio saludable puede hacer en una casa. Florece. Los niños son felices y bien adaptados, la casa está en orden, se crean grandes recuerdos, y la vida parece completa.
Por el contrario, si has sido parte de un mal matrimonio, ya sabes lo que un mal matrimonio puede hacerle a un hogar. Esta se cae a pedazos. Los niños sufren y actúan de manera negativa, la casa se cae a pedazos mientras los socios de por vida discuten sobre quién es responsable de qué, horribles recuerdos que te gustaría olvidar tan pronto como sea posible se forman y la vida parece incompleta.
En un negocio, una buena relación ayuda a que una compañía prospere al igual que un buen matrimonio ayuda a una casa a florecer. Y una mala relación hace que una empresa sufra, al igual que un mal matrimonio hace que una casa a sufra. En un mal matrimonio, los niños sufren. En una mala relación de negocios, los empleados sufren. En ambos, se hace imposible construir éxito a futuro hasta que la relación sea arreglada o cortada. Peor aún, si tuvieras éxito en los negocios y una relación se vuelve mala, al igual que en el matrimonio, la pensión alimenticia puede ser costosa.
Si estás planeando ser un emprendedor, debes aprender la cualidad esencial de escoger buenas relaciones para tu negocio. Al igual que los buenos matrimonios, esto significa ser un buen socio y encontrar un buen socio. Esto significa pasar mucho tiempo auto-reflexionando y mucho tiempo conociendo a las personas que llamarás amigos en los negocios. Al igual que con el matrimonio, no hay necesidad de precipitarse.
Al final del día, no puedes tener un buen negocio si tienes malos socios. Y lo contrario, no puedes construir un gran negocio, sin buenos socios. Como mi Padre Rico siempre decía: “Los negocios y las inversiones son deportes de equipo.” Y yendo más lejos, yo diría que una de tus inversiones más importantes son tus relaciones, tanto en la vida como en los negocios. Tómate el tiempo para hacerlo bien.
Públicador por http://jcvalda.wordpress.com
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No es que estas cosas sean malas, pero si eres como la mayoría de las personas, sabes que la realidad de las fiestas rara vez hacen honor a la nostalgia y la alegría de las fiestas que se muestra en las películas, la televisión y la cultura popular.
Estas son muy estresantes para la mayoría. Las compras, las multitudes, los viajes; los costos… todas estas cosas se suman a una fiesta que suele ser mucho menos ideal que las imágenes perfectas conjuradas en nuestras cabezas.
Cada año, parece también hay un sin fin de personas que nos quieren hacer recordar la razón de estas fiestas; familia, amigos, y dar. Siempre es un buen recordatorio y el contrapunto de la loca carrera por el último gadget o juguete que, a la larga, terminará en la basura o como pisapapeles.
Pero incluso esto no siempre está a la altura de lo ideal. Después de todo, la mayoría de las personas tienen “amigos” y familiares que preferirían no ver durante esas fiestas, y probablemente lo contrario también; amigos y familiares que nos gustaría ver, pero que no pueden aparecer por numerosas razones.
Cualquiera que haya tenido que sentarse y sufrir una conversación con un tío loco durante una cena navideña sabe que las relaciones son importantes, estas pueden dar vida y pueden drenarla. Peor aún, esos que tienen horribles relaciones familiares y han sufrido peleas y discusiones en los días de fiesta saben cómo las malas relaciones pueden arruinar hasta el mejor de los momentos y convertir las fiestas de un momento de nostalgias a uno de terribles pesadillas.
En los negocios, pasa lo mismo.
En la vida, no podemos elegir a nuestra familia. Para bien o para mal, estamos atados a ellos, y tratamos de hacer lo mejor que podemos. Pero en los negocios, tenemos por suerte la opción de elegir con quién estaremos relacionados; y elegir buenos socios, en los negocios, es una de las decisiones más importantes que un emprendedor tendrá que tomar.
Más que nada, un socio en los negocios es como una esposa en un matrimonio. Tú quieres elegir a alguien que te guste, que te haga mejor, y que entre en la relación deseando a dar más de lo que él o ella toma (tú también debes tener esa misma mentalidad).
Si has sido parte de un buen matrimonio, ya sabes lo que un matrimonio saludable puede hacer en una casa. Florece. Los niños son felices y bien adaptados, la casa está en orden, se crean grandes recuerdos, y la vida parece completa.
Por el contrario, si has sido parte de un mal matrimonio, ya sabes lo que un mal matrimonio puede hacerle a un hogar. Esta se cae a pedazos. Los niños sufren y actúan de manera negativa, la casa se cae a pedazos mientras los socios de por vida discuten sobre quién es responsable de qué, horribles recuerdos que te gustaría olvidar tan pronto como sea posible se forman y la vida parece incompleta.
En un negocio, una buena relación ayuda a que una compañía prospere al igual que un buen matrimonio ayuda a una casa a florecer. Y una mala relación hace que una empresa sufra, al igual que un mal matrimonio hace que una casa a sufra. En un mal matrimonio, los niños sufren. En una mala relación de negocios, los empleados sufren. En ambos, se hace imposible construir éxito a futuro hasta que la relación sea arreglada o cortada. Peor aún, si tuvieras éxito en los negocios y una relación se vuelve mala, al igual que en el matrimonio, la pensión alimenticia puede ser costosa.
Si estás planeando ser un emprendedor, debes aprender la cualidad esencial de escoger buenas relaciones para tu negocio. Al igual que los buenos matrimonios, esto significa ser un buen socio y encontrar un buen socio. Esto significa pasar mucho tiempo auto-reflexionando y mucho tiempo conociendo a las personas que llamarás amigos en los negocios. Al igual que con el matrimonio, no hay necesidad de precipitarse.
Al final del día, no puedes tener un buen negocio si tienes malos socios. Y lo contrario, no puedes construir un gran negocio, sin buenos socios. Como mi Padre Rico siempre decía: “Los negocios y las inversiones son deportes de equipo.” Y yendo más lejos, yo diría que una de tus inversiones más importantes son tus relaciones, tanto en la vida como en los negocios. Tómate el tiempo para hacerlo bien.
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