Cuando el enfado es positivo

Las denominadas emociones negativas, como el enojo, pueden tener su lado positivo, siempre que no se expresen con demasiada frecuencia o intensidad,  porque entonces el cuerpo y la mente sufren.

Experimentar ira y hostilidad eleva un 19 por ciento el riesgo de padecer una enfermedad coronaria, según investigadores del Centro Médico de  la Universidad de Duke, en Durham (EUA).

 De acuerdo con esta investigación,  las emociones negativas como la ira desencadenan una cardiopatía en personas con otros factores de riesgo como hipertensión, obesidad, sedentarismo y diabetes o que hayan padecido un infarto.

Se sabe que la ira induce y fomenta la liberación de catecolaminas, hormonas  que aumentan la frecuencia cardiaca y la tensión arterial, estrechan los vasos arteriales y permiten la liberación de sustancias que favorecen la formación de coágulos. 

 Pero también hay evidencias de que si se expresa con normalidad, y sin caer en el exceso emocional, el enfado puede tener efectos favorables, al menos en las personas sanas.

Las personas que no expresan su enojo y lo reprimen sufren aumento en la presión arterial y del riesgo de enfermar del corazón,  según un estudio en Suecia del profesor Tores Theorell del Instituto de Investigación del Estrés.
 
Si se expresa con moderación puede estimular la creatividad

Según Theorell, los adultos que reprimen sus emociones alejándose del conflicto o sin decir nada, tienen doble riesgo de infarto o muerte por enfermedad del corazón, comparados con quienes afrontan abiertamente.

Trabajar mejor

Según otro trabajo de la Universidad de Ámsterdam (Holanda), las reprimendas provenientes de un jefe o un líder gruñón pueden servir de motivación, especialmente en aquellos empleados que tienen mayor capacidad de interpretarlas, no como un ataque sino como el reflejo de que hay que mejorar el rendimiento. 

Para el psicólogo Gerben Van Kleef,  quienes tienen esta capacidad  generan más ideas, son más originales y se implican más en el desarrollo de la empresa.

Aunque “el enfado es motivador solo para cierto tipo de personas y solo funciona cuando la gente está en un ambiente relajado, porque les dice que tienen que trabajar más duro”, explicó.

Enojarse en el trabajo  también podría ser positivo para algunos empleados al ayudarles a ascender en su carrera, señala otro estudio de la Escuela de Medicina de Harvard (EUA). Según el mismo, quienes reprimen su enojo son más proclives a aceptar su fracaso profesional y ven obstaculizada su felicidad.

La investigación halló que aquellos que reprimen su frustración son tres veces más proclives a admitir que han llegado al tope de sus carreras y a aceptar que les desilusiona su vida personal.

“El enojo es una emoción innata de gran importancia y, al igual que otras de las denominadas emociones negativas, a menudo es crucial para la supervivencia” dice el psiquiatra George Vaillant, quien ha dirigido el estudio.

El profesor Vaillant sostiene que quienes aprenden a canalizar y a expresar positivamente el enojo evitando las exhibiciones explosivas y autodestructivas de la furia desenfrenada, pueden lograr algo increíblemente poderoso en términos de crecimiento y bienestar emocional y salud mental.

Tomar en cuenta

-Aunque suene a cliché o frase trillada, cuente hasta diez. Dése un respiro antes de reaccionar, particularmente si es una persona reactiva. Claro está, lo ideal sería conocer la personalidad para entonces aprender a controlarse.

-En lugar de seguir enfrascado en una situación que genera angustia o rabia, es recomendable tomar una pausa, salir unos minutos de la oficina, cambiar de ambiente y luego retomar el asunto. Esto permitirá que se calmen los ánimos y que la comunicación pueda fluir con normalidad, para alcanzar un acuerdo entre las partes.

-En lugar de concentrarse en la crítica y quedarse en el problema, es recomendable tomar distancia y poner el conflicto en perspectiva para que surjan las soluciones. Es preciso estar dispuesto a escuchar todas las opiniones y posiciones.

-Las técnicas de relajación son útiles en cualquier situación de la vida. Incluso se pueden poner en práctica estando en la oficina, tomando unos minutos para respirar profundamente, visualizar sentimientos positivos o momentos felices que le devuelvan el equilibrio. El humor –leer chistes o escucharlos– también puede ayudar a recuperar la serenidad.