"A mi padre lo fusilaron dos veces"

Publicado en Heraldo de Aragón
M.G.

El de ayer fue un día especial para José Ruiz, de 85 años, hijo de José Ruiz González, fusilado el 10 de septiembre de 1936. Buena parte de la mañana la pasó frente a la placa con el nombre de su padre, y cada cierto tiempo la acariciaba, la tocaba, quizá para cerciorarse de que era real.

"A mi padre lo fusilaron dos veces -contaba-. Yo tenía once años cuando vinieron a por él, y me agarré con todas mis fuerzas a su brazo para que no se lo llevaran. Me dieron un par de culatazos y lo solté. Lo fusilaron en Valdespartera. Pero no murió, y consiguió llegar, herido, hasta nuestra casa en Muel. Como eran las fiestas de la Virgen de la Fuente les debió parecer feo volver a por él y dejaron que pasaran unos días. Pero se lo llevaron y lo fusilaron otra vez".

Al pie del monumento conmemorativo las historias estremecedoras se sucedían. Montserrat Marín Orange y Luis Marín Orange llegaron desde Ricla para rendir homenaje a Víctor Orange (con un solo apellido, como solía ser normal en los hospicianos). Era su abuelo, fusilado el 22 de diciembre del 36 a los 33 años. "Era portero de una casa y acomodador de la plaza de toros. Y no se metía con nadie. Nuestra madre nunca quiso saber nada del asunto, ni siquiera quiso cobrar la paga de orfandad", recordaron.

Blanca y Olga Beltrán, por su parte, acudieron con un retrato, a modo de escapulario, de su abuelo, José Beltrán Fernández (fusilado el 21 de agosto del 36, a los 30 años). "Nuestro padre no llegó a conocerle, tenía solo 8 meses cuando se lo llevaron. Era de la CNT y lo fueron a buscar a casa. Lo único que recibieron de él -destacan- fue el certificado de defunción y un montón de ropa ensangrentada".

Floreal, exiliado en Toulouse, viajó hasta Zaragoza para rendir homenaje a una tía suya. Le colocó una tabla con un mensaje: "Hola, Maxi. 74 años para saludarte. Mucho tiempo de espera, ¿no te parece? Tu hermano Pedro sigue ausente. Tus sobrinos Floreal y Libertad. Toulouse-Zaragoza 27-10-10". Floreal no llegó a conocer a su tía, que en la placa aparece como María Samitier Uriel, aunque su verdadero nombre era Maximiliana Samitier Uruén. Oscense, tenía 24 años cuando fue fusilada la víspera de la Nochebuena del 36. "Era de las Juventudes Libertarias e iba a los cursos de dibujo de Ramón Acín. En aquella época no hacía falta mucho más para que te fusilaran".

La mañana propició también sorpresas. Inmaculada y Pilar Rebla, de la Asociación de Memoria Histórica Charata, de Uncastillo, estaban rindiendo homenaje a una vecina de la localidad, Margarita Navascués Ventura (fusilada el 22 de septiembre del 37, a los 23 años). Pensaban que nadie se iba a acordar de ella, porque habían investigado y no habían dado con nadie de su familia. Y entonces apareció un sobrino.

"Iba, junto a otras tres mujeres, en busca de sus compañeros -relataba Guillermo Navascués-. Y las cogieron en la zona de Almudévar. Estaba embarazada y esperaron a que diera a luz para fusilarla. Ella pidió que fusilaran con ella al bebé, pero se lo quitaron de los brazos".