Esmeralda R. Baquero
Las Leyes de Patrimonio Español y de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, a las que el castillo está sujeto por su condición de Bien de Interés Cultural otorgado en 1983, especifican que «los propietarios, poseedores y demás titulares sobre estos Bienes facilitarán la visita pública a los mismos en las condiciones que reglamentariamente se determinen». Así se recuerda en un documento en el que se hace constar la Ley, y que algunos vecinos están haciendo circular por Internet.
Y es que como ya se publicó en este diario el pasado mes de mayo, a través de la red social 'Facebook' se creó un grupo, denominado 'El castillo de Coria debería ser para el pueblo', a través del cual se reclama que este monumento se abra al público tras años de clausura al exterior.
La normativa añade que «los propietarios y, en su caso, los titulares de los derechos reales sobre tales bienes están obligados a permitir y facilitar su inspección por parte de los organismos competentes, su estudio a los investigadores, previa solicitud razonada de estos, y su visita pública, en las condiciones de gratuidad que se determinen reglamentariamente, al menos cuatro días al mes, en días y horas previamente señalados».
El problema fundamental es que este emblema de Coria cuenta con más de cien propietarios, que se van incrementando conforme van transcurriendo los años, a través de herencias. El alcalde, Juan Valle, explicaban que estaba manteniendo conversaciones con uno de los dueños para tratar la venta. Pero esta transacción no puede realizarse si no se llega a un pacto con este colectivo. En cualquier caso, algunos de estos propietarios ya le dejaron claro que no venderían los patios, por lo que una de las soluciones que se contempla podría ser la instalación de un acceso desde la muralla al castillo.
En cualquier caso, el primer paso es llegar a un acuerdo. El monumento es una de las referencias de Coria y son cada vez más los vecinos que quieren visitar su interior. Aunque según todos los indicios, se encuentra en unas condiciones lamentables y también precisaría de una restauración.