José Antonio Salas Auséns, Catedrático de Historia Moderna. Universidad de Zaragoza
Podría parecer que la investigación en ciencias humanas es un lujo. Como necesidad vital es un lujo prescindible. Pero lo mismo cabría decir de otras ciencias que, sin embargo, gozan de distinta consideración a la hora de justificar su financiación pública. Piénsese por ejemplo en los costosos estudios sobre el universo, sin una utilidad inmediata. Lo que sucede es que la ciencia humana, aplicada o pura, se rige por valores no siempre ligados a una utilidad inmediata. Si todo se contemplara desde este prisma, deberíamos admitir que las ciencias, en particular las humanas, serían un lujo.
La pregunta es si son lujos prescindibles. La ciencia se ocupa muchas veces en asuntos alejados de las exigencias cotidianas. Sin duda alguna, de sus hallazgos se podrán obtener aplicaciones útiles, pero la ciencia no puede estar solo dirigida a solucionar necesidades inmediatas. Su objetivo es conocer el mundo y el hombre, descubrir sus claves. Si en algún caso da respuesta a necesidades urgentes, caso del remedio a una enfermedad, en la mayoría obedece a la simple necesidad de saber. Sin esta perspectiva no se entienden obras como las de Galileo, Newton o el mismo Darwin. Su posterior aplicación práctica es otra cosa.
En el caso de las ciencias humanas, su objetivo se centra en el hombre. La investigación en este campo fomenta el espíritu crítico, la comprensión relativa de los problemas del hombre y todo ello es más que conveniente para el bien común. Las ciencias humanas, por su carácter formativo, serían un lujo necesario. Y a este valor, suman el de transmisoras de saberes muy demandados por una sociedad ávida por conocer hechos históricos, obras literarias o artísticas que le expliquen el mundo que le rodea. La gente desea que las conferencias a las que va, los libros que lee o los museos que visita le abran los ojos a sociedades y tiempos diferentes. Para ello es preciso el concurso de personas que las estudien, les den forma y las ofrezcan en las múltiples manifestaciones culturales y esas son los investigadores en ciencias humanas.