Hoy, oficialmente, he dejado de ser Erasmus.
La coordinadora me ha firmado el certificado de estancia y lo ha sellado.
Y creedme, ha sido un momento duro.
Ahora debería hacer reflexión, pero me faltan las palabras. En esta bitácora he intentado plasmar mis vivencias de los últimos 12 meses (¡12 meses ya!), pero me dejo mucho en el tintero cada vez que escribo. Muchas veces me he sentido incapaz de transmitir lo que he vivido aquí. Lo que ha significado esta año en Berlín para mi.
Siento que he cambiado. Bueno, sigo siendo la misma persona, pero ahora veo mi vida de otra manera. He madurado. He vivido muchísimas experiencias que jamás habría imaginado. Me he divertido muchísimo. He pasado muy malos momentos también. Y este año perdurará en mi memoria siempre. Pero, en el fondo, no ha sido por Berlín. Tampoco ha sido solo por mi. Ha sido por Lucas y Javier. Por Iria y por Mireya. Por Nayade y por Javier. Por Álvaro y Christina. Por César y Elena. Por Ramón. Por Marco y Laura. Por Carla y Sara. Por Kike y Antonio. Y por Antonio. Por Francesca y Pietro. Por Ouarda y por Rebecca. Por Ariane. Por Arthur. Por David. Por Christina y Noora. Por Gianna. Por Dennis y por Nisan. Por Peter. Por Larissa y Jelena. Por Ingrid. Y por Romina y Eva también. Este año no hubiese sido igual sin todos ellos. A todos gracias.
Es el final de una etapa, pero no el final de la carrera. Ese sellado en el papel no ha sido un punto y final, sino un punto y aparte.
Por última vez, quiero compartir con mis lectores mis fotos, pero con la diferencia de que esta vez voy a poner todas, porque es la última ocasión en que van a ser fotos de Erasmus.
Y no voy a cerrar el blog. Pienso seguir dando guerra, aunque creo que tendré que cambiar la cabecera...