1.- El miedo inicial
Y es que ese miedo, esos nervios, la incertidumbre... al principio no te dejan ni pensar con claridad, y no se te irán hasta que pises por primera vez tu destino. Pero es normal, a todos nos ha pasado, y aunque mucho te insista de que no te preocupes, no van a desaparecer. Recuerda que en los países desarrollados, cualquier cosa grave que te pase se soluciona con una llamada de teléfono, que tienes tus coordinadores Erasmus de vuelta de todo y dispuestos a ayudarte. Además, en cada vez más universidades te van a asignar un “Buddy Student”, un estudiante nativo que te ayudará con la adaptación. Por ejemplo, en Alemania el papeleo es infernal y muy diferente al de España, pero no tengas ningún reparo en pedir ayuda, que lo harán encantados. Ya verás como los mayores miedos al final se quedan en pequeños problemas. El título de este blog lo saque de ese periodo, y si ahora me ofrecieran irme a China lo firmaba sin dudarlo.
2.- Los preparativos
Lo más importante que debes dejarte en casa son los prejuicios e ideas preconcebidas ¡todas! Más importante es que no te olvides tu portátil, tu cámara de fotos y tu mejor ropa de abrigo. No te vas de viaje ni de visita, te vas a vivir. La mayoría prefiere llevarse comida de casa (chorizo, jamón, un mancheguito...). Pero yo, personalmente, no lo recomiendo. Tu maleta ya va a pesar bastante, y no echarás en falta el embutido hasta dentro de unos meses seguramente. Eso si, revisa que tienes todos los papeles 40 veces por lo menos y todos los emails de los coordinadores. Y llévate fotos.
3.- El hogar
¡No lo dejes para el final! Mis lectores saben de sobra lo que me costó encontrar piso. Pero eso fue tras dejar la residencia. Normalmente la universidad de destino tiene acuerdos con residencias de estudiantes donde meten a todos los Erasmus. Como comienzo, opino que es la mejor decisión posible. Es donde vas a hacer los amigos, donde van a ser las primeras fiestas y donde vas a tener las menores complicaciones para vivir. No vas a preocuparte de contratar la luz, ni el teléfono, ni de firmar contratos raros como si alquilaras un estudio, e irte a un piso compartido, sin conocer la ciudad ni el idioma, es jugársela. Aun así ten en cuenta que el día que llegues puede que no tengas ni mantas, ni almohada, ni platos ni nada de nada. Tal vez no sea mala idea que te eches una funda de cama y una sábana a la maleta.
4.- Intégrate
El segundo tópico de los tópicos es que no vas a aprender el idioma si no sabías algo ya de antes. Olvídate de volver bilingüe, porque si no chapurreas un poco al principio, y dado que vas a estudiar poco, no lo vas a aprender por ciencia infusa. Al principio te moverás con los Erasmus y los demás españoles, y tal vez acabes metiendo en tu inglés palabras en italiano, alemán, francés y ruso, creando una especie de idioma paralelo más cercano al esperanto que al verdadero anglosajón. Se pueden contar con los dedos de la mano los españoles que no vinieron con un nivel de inglés o alemán ridículo. Pero aún así, no dejes de integrarte en la nueva cultura. Aprende de su historia, su forma de vida, sus fiestas populares, su arte y su gente. No caigas en juntarte solo con españoles y a reírte hasta de su forma de andar y criticarles todo. Te tratarán mejor y harás más amistades si muestras interés por su cultura ¿no estás tu orgulloso de la tuya? Para ellos también eres diferente, y ahora tú eres el guiri.
Y hablando de hacer amigos. Muchas veces comentamos entre nosotros que no esperábamos tener grandes amistades, y ahora nos sentimos como si fuéramos una familia. Cuando llegues el primer día sin ningún amigo, piensa que todos están como tú. No tendrás problemas en conocer muchísima gente, y todas las experiencias por las que pasaréis juntos unen muchísimo.
5.- Estudios
Este tópico si que se suele cumplir: los Erasmus no estudian nada, y en la mayoría de los casos ni aparecen por clase. Personalmente creo que esto último es un error. En la universidad vas a encontrar amigos nativos encantados de conocerte. Eres extranjero, y eres interesante ya solo por eso. Pero hay algo más. Tu vida va a ser un caos, y tener una pequeña rutina de clases te ayudará a que no se te vaya de las manos por completo y a no quedarte en casa la mitad de los días entre semana perdiendo el tiempo.
Y sí, nos aprueban todo (o casi todo). Sin esa presión en la cabeza, ya verás como aprendes a disfrutar de las clases. No te quejes de que su sistema educativo es peor, o más fácil o más difícil: es diferente y punto. Disfrútalo.
6.- Dinero
Aquí entramos en un punto complicado, ya que cuando pienso en el dinero que me he gastado aquí... seguramente podría haberme comprado un coche y haberme independizado de mis padres. Hazte a la idea de que te vas a gastar una media de 600 € al mes, según mi experiencia y mis compañeros. Por supuesto depende mucho de tu destino, de cuanto sales de fiesta, blablabla. Para empezar calcúlate algo así. Y aunque habrá muchos que vienen con los gastos pagados, no deberías rechazar un Erasmus por razones económicas. Existen docenas de becas, y si eso no te vale, conozco muchos Erasmus que trabajando algunas noches a la semana en un bar han conseguido pagarse la estancia y aprender el idioma. Será jodido, pero no imposible.
7.- Enamórate
Y aunque lo que dicen los de Muchachada Nui es cierto (los Erasmus follan menos de lo que dicen), difícil es que te falte algún que otro escarceo amoroso. Y es que lo que es válido en España no deja de serlo en el extranjero: tienes que ser abierto y echarle un poco de morro. Tu acento, tu aspecto mas o menos exótico, la cantidad de gente que conoces, las fiestas... son los ingredientes para que conozcas a alguien. Y a los que tienen a su pareja en casa: siento mucho decirlo, pero sólo conozco a dos personas cuyas relaciones sobrevivieron al Erasmus sin infidelidades. Los cuernos están a la orden del día y el 90% de la gente ha sido infiel. Por otra parte, si tu novio/a se va de Erasmus ¿por que no te mueves y os vais los dos? Compartiréis una experiencia maravillosa juntos, y de paso os servirá para iros de casa de vuestros padres de una vez por todas.
8.- Esto no es la realidad
No pienses que va a durar para siempre este ritmo de fiestas, tiempo libre y cachondeo. Tomo una cita que leí en internet: “El Erasmus no es un mundo paralelo. Mucha gente lo quiere ver así para justificarse o autoengañarse. Tú dejas tu país y tu vida durante un año y haces amigos, una vida nueva... Pero realmente tu vida sigue estando donde la dejaste. No es un año paralelo, es un episodio más de tu vida, un paréntesis extraño, pero una parte más de tu vida”. No obstante puedes descubrir lo que puede que no vieras antes de salir, y que te acompañará para siempre: sé abierto y no dejes de querer aprender de las gentes y los lugares. Desde luego no es necesario ser Erasmus para llegar a esta conclusión, pero es la filosofía de vida de cualquier viajero.
Solo hay un punto del que no voy a hablar, que aún no he vivido y que aterroriza a más de uno: la vuelta del Erasmus: volver a casa de los padres, a las rutinas, a tu ciudad... pero si ya he aprendido a vivir en un país extranjero ¿es mi única opción volver a casa?
Para terminar, si a donde vas es a Alemania, los últimos mañoconsejos:
1.- Prepárate para el frío y la falta de sol.
2.- Hazte a las costumbres del país: horarios, normas de educación, etc.
3.- No te preocupes si la gente es muy fría y seca al principio. Luego los conoces y la mayoría de la gente es encantadora.
4.- Habla inglés y alemán, no descuides ninguno de los dos.
5.- Acostúmbrate a la gastronomía local: el kebab.
6.- Ojo con la cerveza. Es muy buena y muy barata. Cuando vuelva al médico me va a echar la bronca por como me he dejado el hígado.
7.- Prepárate también para el verano, porque la vida cambia por completo.
8.- Este consejo ya para los tíos: las alemanas no son unas facilonas ligeras de cascos y son mujeres muy independientes por lo general. No vayas de macho español ligando con guiris que solo conseguirás que se rían de ti ;p.