Ozú qué caló
Cada vez quedamos menos Erasmus en Berlín, poco a poco van cayendo y se van volviendo a sus países de origen. Debemos de quedar, de los ciento y la madre que eramos al principio en la resi, unos 15. Lo más curioso de todo es que solo nos hemos quedado los españoles, los mexicanos y los italianos. Quizá porque no añoramos ni la comida ni el clima, como harán irlandeses, franceses, belgas, holandeses, rusos...
Ayer, aprovechando que me habían dejado solo en casa, se me ocurrió hacer una paella para los supervivientes y reunirnos todos.
¡marchando una paella para 12!
Bueno, no me quedaron del todo mal. La gente no me ha llamado hoy diciendo que estuvieran malos (si no contamos la resaca como tal). Comimos, bebimos, reímos... y conseguí echarlos de casa antes de que nos apalancáramos.
De ahí al club Der Visionaire. Otro día tengo que hablaros de este curioso bar, pero ayer no entramos, porque estaba muy lleno, así que decidimos irnos a Treptower Park, a sentarnos a charlar a orillas del río con una cerveza en la mano.
Y así, poco a poco, pasa el verano en Berlín...