Siddartha (1922) es una de las novelas más leídas y apreciadas del Siglo XX. Hermann Hesse, que había vivido en la India se inspiró en alguna medida en la vida y experiencias de Buda, a cuyo nombre alude su título. La enorme conmoción espiritual tras las dos guerras mundiales, impulsó a muchos jóvenes a la búsqueda de nuevos valores representados por la filosofía de Oriente. Y Hesse con su lirismo sencillo, y su recreación de la espiritualidad hindú, acertó a traducir para el gran público, estas inquietudes. Por ello, a consecuencia de su trilogía de novelas: Demian (1911), Siddartha (1920) y El Lobo Estepario (1927) recibiría el Premio Nobel en 1946.
En particular Siddartha, se convertiría durante los años sesenta del siglo pasado, en una suerte de emblema para las nuevas generaciones de adolescentes interesados en la renovación cultural a través de la espiritualidad oriental.
Acabo de volver a leer esta novela, que leí con entusiasmo siendo joven. Recordaba algunos pasajes llenos de lirismo, entorno al eje de la meditación y la filosofía budista. Muy por el contrario,-a pesar del ambiente hindú,-, en esta nueva lectura no he encontrado otra cosa que "el ideario de Hesse". Un más que evidente esquema novelado, de indudable encanto, de las principales ideas, -no de Buda- sino de uno de los más grandes y peor comprendidos filósofos del Occidente, Friedrich Wilhelm Nietzsche ( 1844-1900).