Espionaje en Siemens

El martes pasado me tocó otra excursión. Esta vez le tocaba a Görlitz, la ciudad más al este de Alemania. Íbamos a visitar la fábrica que allí tiene Siemens de producción de turbinas de vapor con la clase de turbomáquinas de la que mi director de proyecto (el Dr. Frank) es profesor. También se vino mi compañera de proyecto de la delegación gallega (nombre en clave Uma Thurman).

Mini-anécdota: estaba yo preocupado porque tengo que presentar mi proyecto tanto en España como aquí en Alemania. Eso significaba que tenía que escribir dos versiones: una en español y otra en inglés (¡qué bilingües son los profesores españoles!). Se lo comenté por encima a mi profesor, y me soltó (después de conocerlo más de un mes y hablando siempre con él en inglés o alemán) “no te preocupes, si casi hablo mejor español qué inglés”. Se me quedó una cara de gilipollas…

Bueno, pues de nuevo madrugón. Esta vez no nos hicieron quedar con una hora de antelación. Plan de viaje: 3 horas hasta Görlitz, en el estado federal de Sajonia, 3 horas para ver la fábrica, 3 horas de vuelta. Olé.

Llegamos los españoles los primeros, como no. Cuando llegaron los demás se quedaron admirados de nuestra puntualidad (cabrones). Y nada, al tren con resignación.

Por el camino pasamos al lado de la Tropical Island ¡una isla tropical en el corazón de Brandemburgo! Está construida dentro de un antiguo hangar de zepelines, y parece que mola bastante. He encontrado unas fotos en internet:

¿Es o no es una ida de olla el sitio ese? Más información en su página oficial y en la wikipedia (en inglés).

Finalmente llegamos a Görlitz. Me gustaría hablaros un poco de la ciudad, pero dada la agenda que tuvimos no pudimos más que dar una vuelta alrededor de la estación de tren y poco más. Mi impresión: ciudad típica de Alemania del Este. Tranvías por doquier, cantidad de antiguos edificios institucionales y hoteles abandonados, viviendas vacías, gente que te mira raro, etc.

No obstante, la visita a la fábrica de Siemens sí que era interesante. Aquí la compañía produce para todo el mundo turbinas de vapor para generación eléctrica. Tienen varias naves donde van fabricando cada una de las partes de estas: álabes, eje, tapas, sellado, etc. También, por supuesto, con sus áreas de control de calidad, desde la señora que repasa con el dedico un álabe de 3000€ hasta un centro de equilibrado de 160 toneladas. Nos hicieron todo el recorrido, casco en mollera, explicándonos todo el proceso, la tecnología desarrollada, etc, en alemán. Menos mal que los ingenieros españoles estamos de vuelta de todo, y todo lo sabemos (y lo que no nos lo inventamos).

Nos invitaron a comer, a café, bombones, etc. Los típicos detalles que se ahorran en España cuando los estudiantes van de visita a algún sitio. Al acabar la visita, nos recomendaron que, si estábamos interesados, les mandásemos nuestros CVs porque siempre están buscando ingenieros, y la demanda de turbinas no se ha decelerado a pesar de la crisis. En esa sede llevan tanto el diseño como la producción, transporte y cobertura para la instalación, así como seguimiento y mantenimiento a distancia. Vamos, que tienen ingenieros a porrillo de todo tipo y siempre necesitan más. Ahí lo dejo.

Vuelta para casa, pensando si sería interesante mudarse a Görlitz. El tren lleva más de 50 minutos de retraso y de repente me acuerdo de España. Nos ofrecían trabajo en Siemens, ni becas ni pollas: trabajo de verdad. Nos ofrecían facilidades para mudarnos a la ciudad o nos pagaban los desplazamientos. Contaban con un ejército de ingenieros y aún querían más. Si Alemania está a la cabeza del mundo en exportación de maquinaria pesada no es casualidad.

¿A qué esperáis para aprender alemán?