(Fuente e imagen: Next-Up)
Monseñor Bagnard, obispo de Belley-Ars, ha decidido no renovar el contrato a las operadoras que tenían instaladas antenas de telefonía móvil en la región de Ain (Francia).
El obispo ha defendido que "las iglesias son lugares exclusivamente para el culto. Aunque sean lugares privilegiados, los campanarios no están hechos para transmitir llamadas de teléfono. Es mejor instalar sobre ellos una cruz que una antena."
Mientras tanto, por aquí se instalan antenas en campanarios o residencias de monjas. Algún que otro párroco sí que ha rectificado. Es una pena que otros no quieran escuchar a sus vecinos que piden que se aplique el principio de precaución, como ya lo pidió en su día el Arzobispado de Pamplona, con buen criterio.
Y todo por un puñado de monedas: pasó hace mucho tiempo con Judas o con los mercaderes del Templo...
Esperemos que la buena noticia de aplicar esta medida preventiva en las parroquias francesas se vaya extendiendo, para satisfacción (y salud) de los vecinos y lugareños.