(Fuente: Next-Up)
El Dr. Franz Adlkofer (Fundación Verum) y responsable del proyecto REFLEX.
No hay duda: el sistema UMTS es mucho más peligroso que el GSM
El médico alemán Franz Adlkofer ha declarado, en una reciente conferencia en Gelsenkirchen (Alemania), que el sistema de telefonía UMTS es capaz de romper cadenas de ADN con radiaciones electromagnéticas 40 veces por debajo de los límites legales establecidos. Esto indica que la telefonía UMTS tiene un impacto diez veces mayor que el que tiene el sistema GSM y, por tanto, aumentar el riesgo de padecer un cáncer.
Conferencia de Franz Adlkofer en la Univ. Alemana de Gelsenkirchen (01/10/2007)El catedrático Adlkofer es el coordinador del proyecto europeo REFLEX, estuvo comentando tanto los resultados aún parciales del proyecto INTERPHONE, (que muestran una tendencia de aumento en los tumores de cerebro después de 10 años de utilización del móvil), como los resultados del israelí Friedman, que descubrió el mecanismo biológico que daña a células del organismo expuestas a radiaciones de telefonía móvil muy por debajo de los límites propuestos por la ICNIRP.
Adlkofer aboga por que se produzca de forma immediata un cambio de mentalidad. El catedrático ha advertido que en breve va a emerger un grave problema de salud, derivado del uso cada vez mayor que nuestra sociedad hace de las tecnologías y que nos exponen a una mayor cantidad de Campos ElectroMagnéticos (CEM). Entre ellas, el especialista nombró la telefonía móvil: lo denominó un gran experimento con seres humanos sin control y ni planificación alguna.
El 6 de diciembre de 2006, el Comité para la Protección contra la Radiación declaró que todavía no se conocía ningún efecto genotóxico derivado de la exposición a CEMs. Una declaración asombrosa.
Adlkofer ha pedido a los políticos que apliquen ya el principio de precaución, medio reconocido para la protección de los ciudadanos. Esta es la solución por la que apuesta el científico, y no el negar constantemente los posibles riesgos que pueden derivarse de esta tecnología. El tabaco, el amianto y las radiografías han sido lecciones de las que deberíamos aprender: si durante las décadas pasadas se hubiese actuado de forma preventiva y antes de que la ciencia pudiera demostrar fehacientemente los riesgos de salud que conllevaban, se hubieran salvado vidas y evitado muchas preocupaciones a la salud.
Actualmente, el informe Bioinitiative y la Agencia Europea de Medio Ambiente han concluido que los niveles de protección para preservar la salud de la población expuesta a las emisiones de los CEM son insuficientes y deben ser más restrictivos.
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