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El velo de las monjas

(Fuente imágenes: José Miguel L.)

Recientemente nos llegaba una interesante documentación gráfica de los diferentes materiales utilizados por las operadoras para camuflar las antenas (fuente: Next-Up).

No hemos tenido que ir muy lejos para ver cómo en Txurdínaga, las operadoras Xfera Móviles y Telefónica Móviles España nos daban unas lecciones prácticas de camuflaje. Lo peor de todo es que lo han realizado durante este verano, mientras la mayoría de los mortales trataba de tomar un descanso merecido. Vaya sorpresa a la vuelta...

Y todo ello en el tejado del edificio de las monjas Adoratrices. Puede que traten de ocultar con un velo las antenas, pero queda constancia gráfica: no son chimeneas para elaborar estupenda repostería, sino antenas. Desde luego, flaco favor hacen a los vecinos colindantes a costa de mejorar sus arcas. Es una pena que no quieran escuchar a sus vecinos que piden que se aplique el principio de precaución, como ya lo pidió en su día el Arzobispado de Pamplona, con buen criterio.

Y todo por un puñado de monedas: pasó hace mucho tiempo con Judas o con los mercaderes del Templo...

La sentencia del Supremo (mayo de 2007)

Recientemente hemos estado en una vista oral de un juicio por una antena de telefonía móvil en una comunidad de vecinos, y hemos visto como la defensa de la operadora esgrimía el argumento de que una reciente sentencia del Tribunal Supremo fallaba que no era necesaria la unanimidad de los propietarios para la colocación de una antena en una Comunidad de Vecinos.

Analizando dicha sentencia de mayo de 2007, vemos que el argumento utilizado por la defensa de la operadora tiene truco. Es cierto que, tal y como se presentó el caso y por las pruebas aportadas, el alto tribunal falló que no era necesaria la unanimidad. Pero también es cierto que el magistrado que presidía la sala dejó bien claro que la jurisprudencia [del Tribunal Supremo] viene exigiendo la unanimidad para la cesión, incluso en arrendamiento, de superficies comunes (SSTS 26 febrero 1996; 6 marzo y 8 octubre 1999).

En la misma sentencia, se puede leer que si se hubiese planteado el debate de otra manera o demostrado que la instalación de la antena podía incidir en la estructura del edificio o limitar el uso de la azotea por parte de los copropietarios, la unanimidad hubiese sido necesaria en el acuerdo de la comunidad de propietarios con la operadora.

Y sencillo es demostrar que una instalación de estas características altera elementos comunes del edificio, o que, el RD 1066/2001 exige una zona de exclusión, en donde no se puede asegurar la salud delas personas (indicado en el informe de la AETIC).

Finalmente, indicar que la sentencia del Juzgado de Primera Instancia de Getxo, de 2 de marzo de 2007, argumenta con más datos que, la instalación de una antena de telefonía móvil es un acto de disposición y no de mera administración, por lo que es exigible la unanimidad. Tal y como dicta la jurisprudencia del Tribunal Supremo.

Septiembre movilizado


(Fuente imagen: HoyTecnología)

Las empresas de distribución comercial (fuente: Colpisa) pretenden entrar en el mercado de la telefonía móvil como Operador Móvil Virtual (OMV). Siguiendo la pauta que marcó Carrefour en octubre de 2006, con la infraestructura de la operadora Orange, Eroski pretende hacer lo mismo con Vodafone y El Corte Inglés con la infraestructura de Telefónica Móviles. A todos ellos también se les unirán, de vuelta de las vacaciones de verano, tanto British Telecom y la OMV de Globalia, Pepe Mobile. (Fuente: Expansión)

Con más de 48 millones de líneas de telefonía móvil (107,69% de la población total, según CiberSur) y más de 3,5 millones de cambios de operador durante 2006, las nuevas OMV van a tener una cuota de mercado muy restringida. La única forma que van a tener de ganar mercado va a ser mediante el sistema de portabilidad o buscando nuevos nichos (como Lebara Mobile y Happy Móvil, de The Phone House, con los inmigrantes o bien como hacen los propios operadores con los niños). Los cálculos más sensatos apuntan a la portabilidad un 8% de cuota de mercado a finales de este año. Y eso que tan sólo en junio de 2007 las operadoras se intercambiaron un total de 300.146 números de telefonía móvil. En los 6 primeros meses del año ya llevamos 2.241.442 móviles que se pasan de uno a otro operador. Así que ahora habrá más parejas en el baile.

Lo que no ha provocado este desembarco de nuevas operadoras es el descenso de las tarifas de las llamadas a través de móvil, que los expertos confiaban que estuviese entre un 15% a un 25%. Parece que es un tema virtual.

Sin embargo, las operadoras siguen incrementando sus beneficios (ahora alquilando a las OMV sus infraestructuras), sobresaturan el mercado y presionan a los ciudadanos para que pongamos SUS antenas en nuestros tejados, a pesar de la existencia de riesgos para la salud por parte de las emisiones, ya que se establecen para ellas medidas de protección y límites a su exposición (Recomendación 4ª del Consejo de la Unión Europea, de 12 de julio de 1999 y Real Decreto 1066/2001, de 28 de septiembre).

Al final somos los ciudadanos los culpables de sus averías y sus problemas para obtener más ingresos...

Incertidumbre científica y dinero

(Fuente imagen: Buerguerwille)

Hemos podido ver cómo en ciertos medios se trata de minusvalorar los efectos de las radiaciones de las antenas de telefonía móvil sobre las personas que viven en las cercanías de una estación de telefonía móvil. Tratan incluso de imaginarias a las enfermedades que padecen y, sobre todo, niegan cualquier tipo de incidencia sobre la salud de los campos electromagnéticos (CEM) que generan, entre otros, dichas antenas.

Por si fuera poco, niegan la existencia de cualquier estudio científico que concluya que los CEM sí pueden afectar a la salud, pero sí presentan como verdad verdadera los que niegan cualquier afección. El último ha sido el presentado por la Universidad de Essex, estudio dirigido por la psicóloga Elaine Fox, que ha recibido bastantes críticas, sobre todo por llegar a conclusiones generales con exposiciones cortas de tan sólo 50 minutos.

Al igual que aceptamos dicho estudio con cautela (12 afectados fueron excluídos del experimento una vez comenzado y, además, está financiado por la industria de telecomunicaciones), ya que han estado 3 años realizando el experimento, también aceptamos los resultados científicos del "Estudio Hispano-Austríaco del posible efecto sobre la salud por la exposición crónica de Radiofrecuencias provenientes de las Estaciones Base de Telefonía Móvil" (Bioelectromagnetics Biology And Medicine, 162-169, 2003) de Gerd Oberfeld, A. Enrique Navarro, Manuel Portolés, Ceferino Maestu y Claudio Gómez-Perretta, así como el de Hans Peter Hutter et al, (2006), del Instituto de la Salud de la Universidad austríaca de Medicina de Viena, "Subjective symptoms, sleeping problems, and cognitive performance in subjects living near mobile phone base stations", (Occup Environ Med 2006;63:307–313).

Conclusión a la que llegamos: que existe incertidumbre científica. Los científicos no se ponen de acuerdo. Por tanto, es razonable exigir que se aplique el principio de precaución hasta aclarar el asunto.

Además, existe otro factor que hemos comentado de pasada: ¿quién finanza los estudios?. Cuando está la industria de la telefonía por detrás, moviendo ingentes cantidades de dinero, es razonable acordarse de todos los estudios "científicos" que pagó la industria del tabaco. Acabamos de saber, por ejemplo, que esta INDUSTRIA está detrás de más de la mitad del coste que financia el proyecto EMF de la Organización Mundial de la Salud (Repacholi dixit, según MicrowaveNews). Como para fiarse de los resultados...

Esperemos que se resuelva esta incertidumbre, para tranquilidad de los ciudadanos, antes que los 150 años que ha tardado el tabaco en ser considerado perjudicial para la salud...

Zonas blancas y zonas negras

(Fuente imagen: comcast)
Recientemente nos ha llegado una petición de una persona solicitándonos ayuda para encontrar una zona blanca para huir de su casa de las radiaciones de telefonía móvil. Su situación es bastante significativa: fatiga crónica, fibromialgia, pérdidas de memoria, mareos, vértigos, zumbidos oídos, insomnio, taquicardia, palpitaciones… Es un ejemplo más de las personas que sufren el síndrome microondas o hiperelectrosensibilidad -EHS- (fuente: El Correo Digital). Entre 230.000 y 290.000 personas sufren esta enfermedada en Suecia, una de las sociedades pioneras en esto del móvil. Han tenido que crear su propia asociación.

Buscando zonas blancas, nos han comentado desde lugares como Sumendi, pasando por comprar equipamiento que reduzca la inmisión de ondas en el domicilio, hasta que se construya una nueva casa a través de la domoterapia (fuente: El Correo Digital) o bien que acuda a asociaciones como Adquira.

Eso en relación a zonas blancas. Pero también encontramos hoy zonas negras. Por lo visto, tres operadoras tuvieron que declarar ayer ante el juez (fuente: Madrid Diario), dado que un vecino de Móstoles les denunció por vía penal (junto a la comunidad de vecinos y al Ayuntamiento) ante las 40 muertes y más de 100 casos de cáncer que se han producido en menos de 500 metros cuadrados alrededor de varias antenas que hay en dos calles de dicho municipio. Tal vez no se pueda demostrar, pero ya son demasiadas "coincidencias" como para que, al menos, se aplique el principio de precaución y, por prudencia, se alejen dichas antenas de las azoteas.

CEM y salud

(Fuente imagen: José Moya)

La imagen no es la de la subestación que ha dejado hoy a 350.000 personas sin electricidad en Barcelona (fuente: El País). Fue de una en Madrid hace exactamente 3 años. Pero no será la última, habrá más.

Esto nos ha llevado a pensar acerca de las consecuencias de otros generadores de campos electromagnéticos (CEM) como son los transformadores que hay instalados en la planta baja de muchos edificios. El humo negro se ve y llama la atención. Desgraciadamente, las emisiones de CEM no.

Comentábamos hace unos días el nuevo caso del mal de los edificios inteligentes en la nueva sede de Telefónica en Madrid. Esta noticia seguía a los casos ya detectados en Cataluña de lipoatrofia semicircular en las sedes de Gas Natural y de La Caixa. Las notas oficiales achacaban este mal a la electricidad estática y a la baja humedad de estos edificios modernos. No se sabrá con certeza la causa real, pero lo que está claro es que los campos electromagnéticos (CEM) tienen bastante que ver en estos casos.

Podríamos acordarnos también de la noticia que saltó a los medios en octubre del año pasado, del Centro de Proceso de Datos de la Policía en El Escorial (fuente: Madripress), Madrid. Poco se sabe de los resultados, salvo los 6 muertos y 13 casos de cáncer, pero los CEM también tenían algo que ver en toda aquella infraestructura de supercomputadora, inhibidores de frecuencia, antenas y transformadores. O bien podríamos acordarnos de los 15 muertos alrededor de un transformador en un bloque de viviendas de Gran Canaria (fuente: Ecoboletín).

Las últimas noticias nos las hemos encontrado en un juzgado de Alicante (fuente: Diario Información) y en una sucursal del BBVA en la misma ciudad. En ambos casos, un transformador se encontraba a escasos metros del lugar del trabajo y los casos cancerígenos se han visto incrementados hasta niveles bastante anormales: 6 tumores en una plantilla de 13 personas en el primer caso, y 3 enfermedades graves en una plantilla de 4 personas (fuente: Diario Información) en el segundo caso.

Lo mejor de todo es la solución que dan: trasladar al personal, en vez de dar de baja a los transformadores o ponerse a investigar, ya de una vez, las implicaciones que los CEM provocan sobre la salud. Quizás no pueda demostrarse ahora una relación causa-efecto, pero sí el aumento de probabilidad de que se vea afectada la salud. Efecto más que suficiente como para empezar a actuar de manera preventiva, que ya son demasiados enfermos y demasiados muertos. Que se lo pregunten sino a la madre de Jairo...

Dos portales y una antena: una misma comunidad

La Audiencia Provincial de Palma de Mallorca acaba de dar un buen tirón de orejas a una comunidad de vecinos que se creía con todos los derechos de instalar una antena si pedir permiso a sus vecinos. La noticia aparecida este domingo en el Diario de Mallorca, señala que, aunque los distintos portales del mismo inmueble funcionaban de forma separada, legalmente seguían siendo una misma comunidad. Y, por tanto, la votación debería haber contado con su presencia. Asimismo, la sentencia señala el derecho a veto de los propietarios directamente afectados: en este caso los vecinos colindantes del mismo inmueble.

Por otro lado, informar que en Vitoria-Gasteiz un grupo de vecinos de 20 portales (fuente: Diario Noticias de Álava), que viven cerca de una antena, alegan problemas de salud como dolores de cabeza, problemas para dormir y otros problemas más serios. Coinciden en bastantes afecciones que el jefe de Sección de Investigación en Salud Pública en el Hospital Universitario La Fe de Valencia ha presentado el mismo día, como resultado de una investigación (fuente: Siglo XXI). El estudio abarcó a 97 personas de ambos sexos de edades entre los 14 y 81 años y una media de 39 años.

Estos resultados de un grupo científico contrastan bastante con los comentarios de otros científicos, y es ahí donde queremos incidir. Existe INCERTIDUMBRE científica y, por lo tanto, es aconsejable aplicar medidas preventivas hasta que exista consenso y unanimidad en el campo científico. No se puede obviar que hay personas que están sufriendo y pasándolo mal, y que no todos tienen que tener enfermedades psicosomáticas. Que existe gente aprensiva, de acuerdo. Pero, ¿tantos y en lugares tan diferentes?.

Señores de la Administración, hagan el favor de estudiar seriamente el impacto sobre la salud (principalmente de las bajas frecuencias), y no se basen sólo en una nota de la OMS. La propia OMS es la que dice que esta tecnología no está exenta de riesgos y hay que seguir estudiando. El comité ICNIRP sobre el que se basan casi todos los países europeos, dice que, los niveles de radiación máximos que proponen, puede que no protejan a niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas.

La Justicia da la razón a los que piden UNANIMIDAD


Son muchas las consultas que nos llegan a nuestro e-mail solicitando información del quórum exigible en las reuniones de vecinos de una comunidad para poder poner una antena. Nosotros lo tenemos claro: unanimidad en el acuerdo de los propietarios.

Son muy pocos los casos en los que bastaría con los 3/5 (en los que generalmente se basan las operadoras) y el visto bueno de los directamente afectados. La sentencia del Juzgado de Primera Instancia de Getxo, con fecha 2 de marzo de 2007, ratificaba nuestra postura. Y son los jueces los que lo dicen.

Por otra parte, hemos encontrado un interesantísimo artículo doctrinal de Manuel Castillo Guerrero titulado Arrendamiento de cubierta para la instalación de telefonía móvil (fuente: Ilustre Colegio de Abogados de Huelva), que creemos muy útil para hacer valer nuestros derechos como propietarios de un inmueble.

Los argumentos de este abogado andaluz son bastante claros al respecto de la unanimidad, y con repecto a no tener por qué soportar una instalación por más que nos argumenten a favor de la instalación. La Justicia nos defiende de tener que soportar dicha carga.

Recomendamos su lectura y los ejemplos finales.

Los límites del ICNIRP no aseguran la protección de los niños

(Fuente imagen: N. Herrero)

La contaminación electromagnética la tenemos por todas partes (tendido eléctrico, transformadores, antenas de telefonía móvil, etc.). El problema es que no se ve, pero ahí está. Sino, que se lo digan a la madre de Jairo. Está claro que, de un caso particular no se puede generalizar, pero este tipo de realidades EXISTEN y la ciencia, la medicina, los legisladores, los jueces y los políticos deben de dar respuesta para que no se repitan muchas veces esta realidad.

Estamos ante una incertidumbre, ya que no hay unanimidad entre la comunidad científica. Por tanto, quien niegue de forma categórica (fuente: El Correo Digital) que los campos electromagnéticos (CEM) no producen ningún daño, nos parece un atrevimiento. Por más que lo pueda decir un científico. Creemos que, ante esta incertidumbre, al menos debe primar una actitud de prudencia y de cautela.

Es cierto que se manejan multitud de variables en este tema (fuente: ICNIRP). Pero no por ello se puede negar la posibilidad de que los CEM afecten a nuestra salud. Lo afirma incluso un consejero de Telefónica Móviles (fuente: Youtube), que de esto imaginamos que algo sabrá. La propia ICNIRP, organización que establece los límites legales para toda Europa (salvo honrosas excepciones), por un lado establece los límites para tiempos de exposición de 6 minutos (fuente: ICNIRP). , y por otro lado, que no puede garantizar que dichos límites protejan a grupos de ciudadanos más vulnerables, como niños, ancianos o enfermos crónicos (fuente: ICNIRP). Incluso reconocen que los CEM SÍ pueden afectar a nuestra salud.

Por tanto, basándonos en documentos oficiales y nada sospechosos, creemos que es momento de empezar al menos a exigir a las operadoras y los instaladores de fuentes de CEM, que realicen previamente estudios sobre la población del entorno con el fin de minimizar el impacto sobre su salud. Los límites legales ya vemos que no aseguran la salud de toda la población, y los más vulnerables también tienen derecho a que se proteja su salud y su vida.