1º de Mayo en Berlín

Mini anécdota antes del artículo. Ayer, a eso de las 7 de la tarde, me llama mi compañera de piso:

Giana: David ¿Cuándo vuelves a casa?
Yo: Ni idea, estoy con Lucas bebiendo cerveza ¿por?
Giana: Es que Dennis, al irse de casa, ha cerrado con llave y ahora no puedo salir, que no sé cómo se abre por dentro y llevo todo el día encerrada en casa.
Yo: LOL.

Bueno, ya está.

Camaradas, llegó la hora de tomar las calles y tumbar el capitalismo que ahoga las vidas y esperanzas de la clase trabajadora.

Estas palabras, que me acabo de inventar, se oyeron este fin de semana pasado por la celebración del 1 de Mayo en todos los barrios “underground” de la ciudad. Bueno, más bien se oyó esto:

Camaradas, llegó la hora de tomar las calles y tumbarnos a cervezas hasta ahogarnos de alcohol y liarla parda que hoy no trabajamos.

Y es que, según me han contando, hace años Berlín era territorio de batalla el primero de mayo con la movida esta, quemando coches por todas partes y tirándoles piedras a la poli. Se lo pasaban como enanos.

Ahora la cosa ya está un poco más calmada, pero no obstante sigue siendo lugar de reunión en fechas como estas para todos los comunistas, anarquistas, radicales, neo-nazis y demás hijos de vecino que vienen a darse leña entre ellos cuando viene la caló, con la Polizei por medio.

Y no es para broma, ya que según las fuentes podía haber unos 15.000 policías ese viernes.

Pero no todo es combatir el capitalismo. En el histórico barrio de Kreuzberg dieron un paso más y decidieron que eso de las manifas está muy bien, pero que lo qué realmente molan son las “Outdoor Raves”. Después de una cena con productos típicos de la piel de toro en casa de mi vecino Antonio, nos fuimos para allá, que la cosa prometía.

Y tanto. Las Outdoor Raves (que es el nombre guay de las disco-móviles de toda la vida) estaban por doquier, con gente híper borracha de lado a lado, más metidos que pá qué. Y todo rodeado por el 7º Regimiento de Caballería de la Polizei. No bromeo, a lo largo de más de 1 km de calle SOLO había coches de policía aparcados, uno detrás de otro. A los 50 dejé de contarlos. Y todos bien vestidicos: con su chaleco, su porra y sus cascos blancos con visera. La leche oiga.

En fin, una locura de día. Me comentaron que yo solo vi la punta del iceberg, pero que durante todo el día, entre manifa y manifa, hubo conciertos, mas disco-móviles y mil cosas más. ¿Quién se apunta a aprenderse la Internacional en alemán para el año que viene?