Derecho, salud y antenas de telefonía móvil

Interesante la Jornada de Derecho, Salud y antenas de telefonía móvil que se ha celebrado hoy, en el Ilustre Ilustre Colegio de Abogados del Señorío de Vizcaya.

Los abogados D. Agustín Bocos y D. José Alberto Arrate comentaron durante la jornada que, para instalar una antena de telefonía móvil, es necesaria la unanimidad entre los propietarios del inmueble en donde se quiera instalar la antena, siempre y cuando se demuestre que con dicha instalación se alteran elementos comunes del edificio: algo que según ellos siempre ocurre. También recalcaron que para demostralo son importantes las pruebas periciales (ingeniero , arquitecto, etc.). Una mala presentación de pruebas puede acabar con la exigencia de dicha unanimidad (como sucedió en la sentencia del TS de mayo de 2007)

Por otro lado Arrate ha hablado de la responsabilidad de la Administración y de los políticos a la hora de resolver estos problemas (Ayuntamiento , Comunidad autónoma , Estado , etc.). Si hay voluntad se resuelven los problemas, pero en muchos casos no quieren sentar precedentes. De sus experiencias en este campo, se ha podido ver que hay que armarse de mucha paciencia: uno de los casos lleva más de 6 años y medio esperando sentencia (se encuentra en el TS). En otros casos la gravedad de la enfermedad se ha adelantado a la sentencia.

Finalmente, D. José Luis Bardasano, ha comentado que somos seres bioeléctricos y que los campos electromagnéticos influyen, y que sí que tienen efectos. Durante su exposición ha mostrado el cerebro de una rata expuesta a campos electromagnéticos (CEM) durante durante unos 80 días, en la que se pueden observar patologías graves. Dicho experimento ha comentado que es siempre repetible.

Asimismo, Bardasano ha hablado del ciclo de la melatonina, y como afecta en este caso de forma negativa los CEM a su producción durante las fases de sueño. Esta hormona es un gran agente cancerígeno que segrega la glándula pineal, por lo que debemos evitar perturbaciones en su producción.

Ante las dudas de una asistente de que otros catedráticos afirman que el único peligro de las antenas es que se caigan, Bardasano fue tajante al contestar preguntando cuántos estudios habían publicado dichos catedráticos en revistas internacionales y a cuántos congresos habían acudido a defender sus estudios acerca de la inocuidad de las antenas o de los CEM que emiten.