Se acabó el sueño alemán, o eso dice el Berliner Zeitung en la portada de esta mañana. Una pena por un lado, porque me hubiera gustado mucho celebrar un mundial con mis amigos alemanes. Pero como decía mi amiga Iria, por muchos alemanes llorones que viéramos anoche no nos quitaban la sonrisa de la cara.
En Alemania cada partido se vive como si fuera una final. En la fase de grupos no se notaba tanto, pero a partir de entonces, antes de cada partido, las calles se llenaban a rebosar de gente con camisetas blancas, caras pintadas, banderas y las puñeteras vuvuzelas. La Puerta de Brandeburgo, el estadio, Warschauerstrasse, el O2... en cada plaza, en cada calle con la acera ancha, había una televisión rodeada de sillas de los vecinos gritando cada gol. Daba gusto verlos. Y si hablabas con ellos, no hacían mas que poner énfasis en el buen equipo que tiene España, mientras que Alemania, sin ser malos, no estaban a la altura. Eso decían hasta que les clavaron cuatro goles a Inglaterra, y luego otros tantos a Argentina.
Yo, que nunca he sido muy futbolero, no me percataba de mucho de lo que ocurría. Vi la mayoría de los partidos de España y alguno de Alemania, Portugal, México e Italia con mis amigos. Pero cuando les ganamos a Paraguay y nos metimos en la final... Bueno, imaginar ser el único español rodeado de alemanes.
Y es que nos tenían ganas, para qué vamos a engañarnos. Viendo como lo han estado haciendo ambos equipos durante el mundial, todo el mundo daba por supuesto que nos ganarían. ¿Todos? ¡No! Un pequeño grupo de irreductibles alemanes clamaba “¡Ojo, que ya nos jodieron la última vez!” (entre ellos mi compañero de piso).
El resto iba a su bola, hablando ya de la paliza que les meterían a Holanda. Y se regocijaban haciendo coñas sobre los pequeños españoles (El comentarista se inventó UN mote: “Der kleine Iniesta” (El pequeño Iniesta). Para muestra el siguiente vídeo:
Pero bueno, mis condolencias a los alemanes y gracias a los que me felicitaron. Tal vez, dentro de 4 años, podamos celebrar en la Puerta de Brandeburgo una nueva estrella en la equipación alemana. Hasta entonces, solo digo: anoche ganó el mejor. Wie schade!