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Qué dicen los científicos

(Fuente imagen: Ionsys; fuente: PICU y C. Maestu)

Desde mi posición de profesor universitario en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicaciones de la Universidad de Madrid, doctor en Medicina y coordinador de la asignatura de bioelectromagnetismo, me dirijo a usted (...).

Es bien sabido, que el aumento de la preocupación social sobre los posibles efectos de este tipo de radiaciones en la salud no corresponde a imputaciones exageradas de ciudadanos, sino a la respuesta acumulada de numerosos grupos científicos que, desde estudios básicos 'in vitro' o 'in vivo ', desde el nivel molecular hasta el sistémico, han comprobado cómo campos magnéticos de baja intensidad, a multiples frecuencias, pueden alterar el comportamiento de los procesos biológicos en todas sus facetas moleculares y comportamentales.

Desde este punto de vista, éste no es un problema que se pueda restringir al ámbito del laboratorio, sino que se trasforma en una importante preocupación en el ámbito de la salud pública (...). Existen precedentes en este campo de investigación en el marco del sistema sanitario público: le pongo como ejemplo el trabajo desarrollado desde hace más de veinte años por el grupo de investigación en Bioelectromagnetismo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, dirigido por la Dra Jocelyne Leal. El Hospital 'La Fe' de Valencia es considerado un centro pionero en este campo por la calidad de las investigaciones publicadas, algunas de ellas citadas en prestigiosos informes internacionales del propio Parlamento Europeo.(...)En la seguridad que los avances en el conocimiento en este campo permitirán un uso adecuado de esta fantástica herramienta que nos plantean las nuevas tecnologías: igual que hemos aprendido a manejar el fuego, debemos aprender a convivir con estas nuevas fuentes de radiación artificial.

Un cordial saludo Dr. Ceferino Maestu
Grupo de Bioingenieria y Telemedicina (GBT)
Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicaciones de Madrid

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Por otro lado, para Jorge Juan Skvarca, experto de la Organización Mundial de la Salud, la posibilidad de que la telefonía móvil provoque algún tipo de cáncer u otra enfermedad está descartada.

Skvarca aseguró que no hay riesgo alguno de que los niños puedan contraer cáncer o leucemia por estar cerca de una antena o de un teléfono celular. “Siempre hubo cáncer. Es más, el 20% de la población, una de cada cinco personas muere de esa enfermedad”, expresó. "Es más fácil que alguien muera porque se cayó la estructura de la antena o por ir conduciendo y hablando por celular al mismo tiempo, que por las ondas electromagnéticas.(...) La telefonía es un buen negocio en el mundo y la OMS no está apoyando a ningún fabricante ni operador".

Skvarca participó en un panel sobre este tema en Argentina, donde dijo que "si bien se ha demostrado experimentalmente que en altas dosis las radiaciones que emplea la telefonía móvil pueden producir cambios a nivel celular, en los niveles habituales y aceptados por la OMS esto no ocurre".

Dr Jorge Juan Skvarca
Consejero del Departamento de Equipos Médicos, en el Ministerio de Salud de Argentina.
Miembro del Panel de Expertos de Asesoramiento para las Radiaciones de la OMS.

Telefonía móvil y la salud de los niños

(Fuente imagen: Plataforma de Afectados por la Telefonía Móvil de Alicante)

Como ya hemos comentado varias veces, las operadoras no se contentan con el trozo de pastel que les toca y quieren hacer el pastel más grande: ¡a por los niños!.

Lo que importa son los Euros, Dólares,... Vamos, que más dinero. Todo ello sin hacer caso a las advertencias de los científicos. Sabemos de los peligros que puede tener utilizar los móviles durante más de 10 años. Sabemos que el cerebro de los niños es más sensible a las radiaciones electromagnéticas, dado que su cráneo en fase de formación es más fino y contiene más agua... Pediatras de Bélgica, oncólogos infantiles, catedráticos asesores del gobierno sueco,... todos alertan que el móvil no es un juguete para regalar a los niños. Y a pesar de todo ello, ¡a por los niños!. Y la Administración debería de intervenir, ya que la defensa de sus derechos no puede quedar exclusivamente en manos de unos padres que, en la mayoría de los casos, desconocen los posibles peligros que pueden derivarse para la salud de sus hijos.

Uno de los primeros en ATACAR al público infantil fue el Mo1, (coincide también que en noviembre, aunque del año pasado), y ahora entra en escena el Doro Easy5. Y es curioso que aparezca la noticia hoy mismo, cuando dicho móvil ya fue presentado en el 2005. Sí, ahora que se acercan las Navidades... Del Principio de Precaución no sabemos si sabrán, pero de márketing un rato... Ya puestos, hasta el Pato Donald entra como operador de telefonía móvil en Japón (fuente: El País). Habrá que ver (desgraciadamente) el impacto que tendrá todo esto en la salud infantil dentro de pocos años...

Y no queremos hoy dejar de nombrar hoy la espantosa noticia del llamamiento que han hecho los padres de un niño de seis años, que padece un tumor cerebral e insomnio, para que la operadora quite la antena de telefonía móvil que tienen encima de su vivienda (fuente: El Diari de Tarragona).

(fuente imagen: Cosmomagazine; fuente: Eileen O´Connor)

Como ya comentábamos en febrero de este año, las radiaciones inalámbricas pueden tener algún efecto sobre el autismo. El nuevo estudio llevado a cabo por Tamara Marinea y George L. Carlo ha sido publicado por el Journal of the Australasian College of Nutritional & Environmental Medicine el pasado mes de agosto.

Desde los años 70, la incidencia del autismo entre la población se ha multiplicado 60 veces, siendo el mayor incremento durante la última década. Es una enfermedad aún enigmática que inhibe el desarrollo neurovegetativo y cuyos principales síntomas incluyen deficiencias en la relaciones sociales, deficiencias en las funciones renal y hepática, enfermedades gastrointestinales, enfermedades autoimunes, etc.

Se han analizado datos clínicos basándose en dos factores: en la eliminación de metales pesados en niños tratados de autismo (se sabe que el mercurio puede causar daños neuronales) y en el tiempo en el cual el tratamiento se encontraba en entornos libres de emisiones de campos electromagnéticos (CEM).

Los resultados han identificado tres principales reacciones moleculares durante las exposiciones a CEM. La primera, disfunciones moleculares, como el fallo en la protección de la barrera hematoencefálica. La segunda, interferencias en el proceso normal de reparación del ADN. Y la tercera, alteraciones en las transcripciones de cadenas de ADN, causando estructuras alteradas (por ejemplo, según Nature Genetics, anomalías en el gen SHANK3 provoca fallos en los mecanismos del cerebro responsables del desarrollo del lenguaje).

Las conclusiones sugieren que, junto con factores genéticos y ambientales, la exposición a dispositivos que emiten CEM pueden explicar la correlación actual entre el incremento de casos de autismo y el uso de tecnologías inalámbricas.

La radiación de los móviles altera el sueño

(Fuente imagen: Movilae; fuente: Microwave News)

Cuatro estudios alertan que la radiación de los móviles puede alterar el sueño.

El primero de ellos, de James Horne, del Centro de Estudios del Sueño de la Universidad británica de Loughborough, establece que señales muy débiles del móvil (0,133 W/Kg) pueden retrasar el establecimiento del sueño.

El segundo de ellos, de Bengt Arnetz, que trabaja en la Universidad norteamericana del Estado de Wayne (en Detroit) y en la Universidad sueca de Upsala, establece que una exposición durante tres horas a una radiación de telefonía móvil de 1,4 W/Kg una hora antes de acostarse, puede perturbar el sueño. Que dicha radiación afecta a mecanismos del sueño indispensables para recuperars del cansancio acumulado durante el día. Asimismo, establece que esta radiación puede provocar dolores de cabeza. Este estudio fue presentado en el Conferencia celebrada en Beijing acerca de la Evolución de los Estudios del Electromagnetismo (PIERS 2007). El estudio también tiene un sitio web y ha sido publicado en la prensa sueca como "el teléfono móvil roba tu sueño".

Los dos últimos estudios son el de Peter Achermann, de la Universidad de Zurich, y el de Sarah Loughran, del Instituto de Ciencias del Cerebro en la Universidad australiana de Swinburne. Ambos en la misma línea que los dos anteriores.

Todos estos estudios vienen a demostrar que niveles de radiación inferiores a los legalmente establecidos (el límite establecido por el ICNIRP es de 2,0 W/Kg), pueden afectar a nuestro descanso, o lo que es lo mismo, a nuestra salud.

Y esto no es ningún sueño ni ninguna imaginación psicomática: son resultados de estudios realizados por científicos y, en algún caso, hasta financiados por la propia industria de la telefonía.

Las radiaciones de móviles y WiFi amenazan las salud

(Fuente: Universal)

La controversia acerca de los efectos de las radiaciones que emiten los aparatos electromagnéticos cuenta con nuevas pruebas de peso que demuestran que los dispositivos como los teléfonos móviles y la tecnología WiFi podrían tener un grave impacto en la salud pública; consecuencias, todas ellas, hasta la fecha subestimadas por la gran mayoría de autoridades mundiales. Los encargados de dar la voz de alarma han sido un grupo internacional de trabajo llamado The BioInitiative Working Group, integrado por científicos, investigadores y profesionales de políticas de salud pública que recientemente presentaron un informe donde se advierte que la actual actividad electromagnética genera “serias preocupaciones para la salud pública”.

Entre las amenazas probadas tras revisar más de 2.000 estudios científicos, los expertos mencionan una mayor incidencia de la leucemia infantil, derivada del efecto de las líneas eléctricas y otras exposiciones eléctricas, de los tumores cerebrales y neuromas acústicos, como resultado de las radiaciones de la telefonía móvil, de los cánceres e incluso del alzheimer. La conclusión del estudio es que los actuales límites de seguridad son demasiado indulgentes e inadecuados para proteger la salud pública y el mensaje de los expertos es rotundo: “Los planes de salud deben tomar medidas para prevenir los cánceres y los daños neurológicos asociados a la exposición a líneas eléctricas y otras fuentes electromagnéticas. La población y los encargados de tomar las decisiones deben darse cuenta que seguir como hasta ahora es inaceptable”, afirma el doctor David Carpenter, director del Institute for Health and the Environment de la Universidad de Albany (EEUU) y coautor del estudio.

Las investigaciones también han confirmado que la prolongada exposición a radiofrecuencias y radiaciones microondas provenientes de teléfonos, antenas y WiFi están relacionadas con dolencias físicas como dolores de cabeza, fatiga, somnolencia, mareos y dificultades en la concentración y la memoria. Dichos efectos pueden ocurrir incluso a niveles de exposición muy bajos si ésta se da a diario y, además, los menores son especialmente vulnerables.

La solución propuesta por los científicos del grupo de trabajo pasa por establecer límites de exposiciones basados en criterios biológicos suficientemente estrictos para proteger a la salud humana de las radiaciones permanentes y, en consecuencia, hacer correcciones en la forma en la que se prueban y aceptan tecnologías.

Pueden consultar la noticia original y un resumen en castellano de dicho estudio

Campos electromagnéticos y cáncer de mama

(Fuente imagen AECC)

Hoy, 19 de octubre, es el día contra el cáncer de mama. Desde aquí queremos apoyar cualquier iniciativa que trate de evitar de forma preventiva cualquier tipo de enfermedad.

Sin embargo, también queremos denunciar la falta de coherencia de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), que es la promotora de esta última campaña de sensibilización. Esta misma Asociación, difundió en su día una publicación acerca de los campos electromagnéticos (CEM), cuyas conclusiones asombraron a más de un científico. Según la AECC, no pasa nada, los CEM no afectan a la salud y menos pueden inducir algún tipo de cáncer.

Al margen de los lobbies que presionan para silenciar informaciones que opinan todo lo contrario (Fuente: Periódico Diagonal), queremos recordar a la AECC que el informe Bionitiative, respaldado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, deja bien claro que los CEM sí son un factor de riesgo para desarrollar un cáncer de mama. Y "existe una evidencia documentada (y bastante contundente en estudios sobre mujeres en el puesto de trabajo) para conectar el cáncer de mama y la exposición a los campos electromagnéticos". Los autores de este estudio recomiendan como elemento preventivo, que las personas traten de reducir estas exposiciones, sobre todo en entornos donde hay radiaciones de forma crónica.

Por si tienen algo más de tiempo, recomendamos un estudio minucioso de Marina Pollán titulado OCUPACIÓN, EXPOSICIÓN LABORAL A RADIACIONES ELECTROMAGNÉTICAS Y CÁNCER DE MAMA, editado en el 2001 por el Instituto de Salud Carlos III y el Ministerio de Sanidad y Consumo. "Hay que considerar las radiaciones electromagnéticas como posibles agentes promotores del cáncer mamario". Dixit est, Sres. y Sras. de la AECC. Lo que no sabemos (o no queremos saber) es por qué se empeñan en negar evidencias científicas y actuar en consecuencia, pensando en la utilidad que tiene hacerlo de forma preventiva, ya que es vital sobre todo en este tipo de cáncer.

Vídeo de opiniones de catedráticos

(Fuente: Next Up, TSR)

A pesar de que para la Industria de la telefonía móvil y para muchos científicos la nocividad de los telefonía móvil jamás ha sido demostrada. En cambio, para otros investigadores ya hay pruebas que apoyan que el uso prolongado del móvil puede provocar lesiones en las células nerviosas, e inducir incluso el desarrollo de cáncer.

En este vídeo, del canal francés TV5, podemos ver varias entrevistas a científicos como el catedrático Olle Johansson y la catedrática María Feychting (ambos del Instituto Karolinska de Estocolmo), el catedrático Peter ACHERMANN (de Universidad de Zurich), el catedratico Lennart Hardell (del Hospital Universitario de Örebro, Suecia), la doctora Elisabeth Cardis (coordinadora de proyecto INTERPHONE), el catedrático Leif G Salford(del Hospital Universitario de Lund, Suecia), el catedrático Franz Adlkofer (coordinador del proyecto REFLEX), el doctor Mirjana Moser (de la Oficina Federal Suiza de Salud Pública, Berna) o el catedrático Primo Schär (de la Universidad de Ble)

No tiene desperdicio alguno...

Límites legales: urge aplicar el principio de precuación

(Fuente: Next-Up)

El Dr. Franz Adlkofer (Fundación Verum) y responsable del proyecto REFLEX.

No hay duda: el sistema UMTS es mucho más peligroso que el GSM

El médico alemán Franz Adlkofer ha declarado, en una reciente conferencia en Gelsenkirchen (Alemania), que el sistema de telefonía UMTS es capaz de romper cadenas de ADN con radiaciones electromagnéticas 40 veces por debajo de los límites legales establecidos. Esto indica que la telefonía UMTS tiene un impacto diez veces mayor que el que tiene el sistema GSM y, por tanto, aumentar el riesgo de padecer un cáncer.

Conferencia de Franz Adlkofer en la Univ. Alemana de Gelsenkirchen (01/10/2007)El catedrático Adlkofer es el coordinador del proyecto europeo REFLEX, estuvo comentando tanto los resultados aún parciales del proyecto INTERPHONE, (que muestran una tendencia de aumento en los tumores de cerebro después de 10 años de utilización del móvil), como los resultados del israelí Friedman, que descubrió el mecanismo biológico que daña a células del organismo expuestas a radiaciones de telefonía móvil muy por debajo de los límites propuestos por la ICNIRP.

Adlkofer aboga por que se produzca de forma immediata un cambio de mentalidad. El catedrático ha advertido que en breve va a emerger un grave problema de salud, derivado del uso cada vez mayor que nuestra sociedad hace de las tecnologías y que nos exponen a una mayor cantidad de Campos ElectroMagnéticos (CEM). Entre ellas, el especialista nombró la telefonía móvil: lo denominó un gran experimento con seres humanos sin control y ni planificación alguna.

El 6 de diciembre de 2006, el Comité para la Protección contra la Radiación declaró que todavía no se conocía ningún efecto genotóxico derivado de la exposición a CEMs. Una declaración asombrosa.

Adlkofer ha pedido a los políticos que apliquen ya el principio de precaución, medio reconocido para la protección de los ciudadanos. Esta es la solución por la que apuesta el científico, y no el negar constantemente los posibles riesgos que pueden derivarse de esta tecnología. El tabaco, el amianto y las radiografías han sido lecciones de las que deberíamos aprender: si durante las décadas pasadas se hubiese actuado de forma preventiva y antes de que la ciencia pudiera demostrar fehacientemente los riesgos de salud que conllevaban, se hubieran salvado vidas y evitado muchas preocupaciones a la salud.

Actualmente, el informe Bioinitiative y la Agencia Europea de Medio Ambiente han concluido que los niveles de protección para preservar la salud de la población expuesta a las emisiones de los CEM son insuficientes y deben ser más restrictivos.

-- PDF en castellano -- --Original en inglés - -

BIOINITIATIVE: los límites actuales no protegen nuestra salud

(Fuente T. Oller)

Como ya publicamos hace un mes, el informe Bioinitiative ha mostrado el impacto que puede tener sobre la salud la exposición a las radiaciones electromagnéticas (CEM) que emiten, por ejemplo, las antenas de telefonía móvil, cientos y miles de veces por debajo de los límites legales. En él se recoge que "los actuales límites de seguridad son inadecuados para la protección de la salud de las personas" y se recomienda un límite de precaución de 0,1µW/cm² (0,6V/m). Actualmente, para UMTS, se permite un límite de 981,64µW/cm² (61V/m). Obviamente, las emisiones de las antenas están muy por debajo de estos límites, ya que no necesitan tanta intensidad de CEM para poder funcionar (como puede verse en el Informe 2006 del MITyC sobre exposiciones del público a dichos CEM). Informar que un móvil puede funcionar, según Haumann, con 0,0000000002µW/cm² (0,00003V/m).

Recogemos un interesante resumen del informe Bioinitiative, que ha sido apoyado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, y que sirvió de principal argumento para realizar una pregunta (aún sin respuesta) ante la Comisión del Parlamento Europeo.

Creemos que cada vez se va estrechando más el cerco a la telefonía móvil, y que los científicos están dejando menos margen de maniobra a la Industria y a las operadoras (Don Dinero) para que se escuden en la supuesta inocuidad de su tecnología. Esta vez el tiempo corre más rápido que en el caso del tabaco, en el que se ha tardado cerca de 150 años desde que "The Lancet" alertara del peligro que suponía el tabaco para la salud.

Interphone Francia: resultados nada tranquilizadores

(Fuente: MicrowaveNews y Next-Up. Fuente imagen: Radiology)

Se acaban de publicar las conclusiones a las que ha llegado el equipo francés del proyecto Interphone. Seguimos esperando, pero las conclusiones definitivas de todo el proyecto aún no llegan, a pesar de que deberían estar para el 2003. Destacar que en este equipo se encuentra Elisabeth Cardis, que está a cargo del proyecto total.

Los resultados obtenidos, a los que falta confirmar por parte del resto de los otros 12 países integrantes de Interphone, no son nada tranquilizadores. Hay una “tendencia general” de que los usuarios que utilicen durante un largo plazo el teléfono móvil tienen un mayor riesgo de desarrollar un glioma (tumor cerebral).

El análisis combinado de los datos obtenidos de los resultados de otros cinco países europeos del proyecto Interphone - Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suecia, Reino Unido - señalan a un período entorno a los diez años o más para desarrollar neuromas acústicos y gliomas. Mientras, un segundo equipo sueco, dirigido por Lennart Hardell y Kjell Hansson Mild, volvió a señalar un período de diez años, a pesar de que en sus estudios anteriores habían señalado unos períodos de aparición más cortos (véase por ejemplo este estudio de 2003).

En cualquier caso, el grupo francés espera poder combinar sus resultados con el resto de proyectos llevados a cabo dentro del proyecto Interphone para poder ratificarlos, dado que el grupo de utilización de teléfono móvil de más de 10 años era bastante pequeño comparado con el resto del grupo de control. En 1995, cinco años antes de que comenzase el proyecto, tan sólo el 12% de la población francesa tenía un teléfono móvil, mientras que ahora cerca del 70% de los franceses lo utilizan.

Indicar que el grupo alemán del proyecto Interphone no encontró relación alguna entre la utilización del teléfono móvil a corto plazo y un aumento del riesgo de aparición de meningiomas y gliomas. Sin embargo, sus resultados en cuanto a los usuarios a largo plazo daban 2,2 veces más de posibilidades de desarrollar estos tipos de tumores. Su grupo de control también era pequeño, por lo que sus resultados los tomaron con cierta reserva. Sin embargo, vemos que la tendencia se ratifica en los resultados franceses.

365 médicos se posicionan frente a la telefonía móvil

(Fuente: P. Belmonte)

Los médicos de la región alemana de Allgäu Bodensee Oberschwaben (lago Constanza y Alta Suabia) se muestran cada vez más preocupados ante el contínuo aumento de la densidad de ondas de radio (electromagnéticas) producidas por la telefonía móvil. Por dicho motivo publican un llamamiento médico sobre las radiaciones emitidas por dicha tecnología.

Según se ha indicado, 365 médicos de la mencionada región, están llevado a cabo desde hace casi un año una iniciativa de tipo médico enfocada al estudio de las ondas producidas por la telefonía inalámbrica. Están preocupados por el contínuo aumento de la emisión de estas ondas, tales como las producidas por los aparatos móviles, WLAN (sistemas de comunicación de datos de forma inalámbrica), teléfonos inalámbricos y antenas para la teléfonía móvil. El doctor Markus Kern, uno de los portavoces de esta iniciativa, resume los descubrimientos realizados por los médicos: “cada día observamos más y más problemas de salud en nuestros pacientes causados por las ondas de la telefonía móvil y de los diferentes aparatos inalámbricos. Estos problemas son de sueño, falta de concentración y de memoria, dolores de cabeza, mareos, agotamiento crónico, problemas de aprendizaje y de comportamiento en los niños, y, finalmente, hasta tumores. Por todo ello, nos vemos obligados a hacer públicas nuestras observaciones, así como informarle de lo que puede significar una utilización poco responsable de esta tecnología”.

Llamamiento médico sobre la telefonía inalámbrica
Los hallazgos de este grupo de médicos de la región de Allgäu-lago Constanza-Alta Suabia se resumen en un llamamiento médico que han firmado y, a su vez, han pedido apoyo a sus colegas de esta zona para que se adhieran a él.
  1. No debe fabricarse ni construirse nada más relacionado con la telefonía móvil.
  2. Reducción masiva y limitaciones al número de ondas de radio emitidas.
  3. Información a la población sobre los riesgos que entrañan los campos magnéticos.
  4. Limitaciones al uso de aparatos móviles, así como prohibición de los teléfonos inalámbricos según los estándares de la DECT (telefonía inalámbrica mejorada digitalmente) en las guarderías, colegios, hospitales, asilos, edificios públicos y medios de locomoción.
  5. Promoción de tecnologías de la comunicación alternativas, respetuosas con el medio ambiente y médicamente sanas.

Estamos gratamente sorprendidos sobre la resonancia que ha tenido nuestro llamamiento por parte de nuestros colegas. Inicialmente, firmamos este llamamiento aproximadamente unas 100 personas, y ahora somos del orden de 360 médicas y médicos, quines comparten totalmente nuestra opinión y que se han añadido al llamamiento”, dice el Doctor Andrea Leute. “Y junto con los médicos se han adherido aproximadamente 150 psicólogos, farmacéuticos, homeópatas y personas relacionadas con la salud. No obstante, seguimos esperando que se adhieran otras personas a las que estamos agradecidos de antemano”.

Los nombres y lugares de los firmantes del llamamiento, así como el llamamiento (alemán) junto con información adicional sobre las acciones de los médicos se pude encontrar en la página de internet http://www.mobilfunk-aerzteappell.de/

Informe 2007 del MTHR británico

(Fuente imagen: MTHR)

El programa de investigación británico de las tecnologías móviles y la salud (MTHR) ha publicado recientemente el informe 2007. El grupo de investigadores, que ya ha publicado 23 estudios científicos desde 2001, está financiado a partes iguales entre el gobierno británico y la inustria de la telefonía móvil. El presupuesto que maneja es de 12,91 millones de Euros.

En dicho informe podemos observar como no han encontrado relación entre el uso del teléfono móvil y el riesgo de padecer un tumor cerebral o un cáncer en el sistema nervioso. Eso sí, siempre hablando de un tiempo de exposición inferior a 10 años. Tampoco han encontrado que la exposición a radiofruencias afecte a la función del cerebro. En relación a la hipersensibilidad eléctrica, no han encontrado una relación convincente que pueda apùntar a los teléfonos móviles o a las antenas como los causantes de este tipo de mal. Tan sólo creen necesario realizar más estudios de las señales de los sistemas TETRA y las estaciones base de radio de los servicios de emergencia.

En relación a los posibles efectos biológicos sobre las células, han estudiado la señal del ión calcio y la producción de proteínas de estrés. Se ha visto que la reacción de estas últimas era debido al calor y no han encontrado evidencia alguna de efectos sobre las células.

El grupo de científicos también ha estudiado los niveles de emisión de picoantenas y han revelado que éstas emiten más emisiones a los vecinos colindantes que las propias antenas típicas de estaciones base de telefonía móvil.

Indicar que también se han gastado parte del presupuesto en dictaminar que hablar por el móvil mientras se conduce incrementa el riesgo de tener un accidente, pero no mucho más que el que tiene otro tipo de distracciones al volante.

Finalmente, el estudio concluye que no se puede descartar que las radiaciones utilizadas por la telefonía móvil puedan promover la aparición del cáncer u otro tipo de enfermedades, como el Alzheimer o el Parkinson, a largo plazo. Asimismo, el responsable de la investigación, Lawrie Challis, declaró (fuente: PCPro) que es posible que los niños sean más sensibles a las radiaciones de la telefonía móvil y dejó caer que, por tanto, se debería tratar de que éstos no utilizaran la telefonía móvil como medida de precaución.

Indicar que este estudio ha salido a la luz tan sólo 12 días después de publicarse el Informe BioInitiative, de conclusiones bien distintas.

Europa ve riesgos en la radiación electromagnética

(Fuente imagen: AEMA)

La Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA) ha emitido ayer un comunicado en el que muestra su preocupación acerca de los efectos que pueden tener los campos electromagnéticos (CEM ó EMF) para la salud humana. La EEA pide que se apliquen estándares de seguridad más restrictivos que regulen las radiaciones CEM de los teléfonos móviles, de las líneas de alta tensión, puntos WiFi y otras muchas fuentes a las que estamos expuestos en vida diaria.

La Agencia ha basado su alerta en las conclusiones del reciente informe “Bioinitiative: Un análisis razonado para un estándar público biológico de la exposición para los campos electromagnéticos”. Dicho informe ha sido realizado por BioInitiative, un grupo internacional de científicos, los investigadores y los profesionales públicos de la política sanitaria. La EEA ha contribuido a este nuevo informe con un capítulo titulado “Lecciones tardías de detecciones tempranas: el principio de precaución 1896-2000”, que ya publicó en 2001.

Jacqueline McGlade, la directora ejecutiva de la Agencia Europea, declaró que “las investigaciones y revisiones recientes, acerca de los efectos a largo plazo de las radiaciones de las telecomunicaciones móviles, sugieren que es prudente que las autoridades sanitarias recomienden acciones para reducir el nivel de las exposiciones, especialmente en grupos vulnerables, como son los niños.”

Estudios científicos que avisan de los riesgos

Dos epidemiólogos que trabajan en el proyecto Interphone, Dan Krewski de la Universidad canadiense de Ottawa y Anssi Auvinen del Colegio Público de Salud de Tampere en Finlandia, han comentado que los resultados finales del proyecto serán publicados entre finales de este año y comienzos del 2008.
Por más que se les ha tratado de conseguir información acerca de los posibles riesgos de la utilización del móvil a largo plazo, los epidemiólogos han dado la callada por respuesta (fuente: MicrowaveNews).

Recordemos que este proyecto se está llevando a cabo simultáneamente en 14 países y está investigando la posible relación entre la utilización del móvil y tumores como gliomas, meningiomas, neurinomas aústicos y tumores de la glándula parótida. El diseño de cómo se han llevado a cabo los estudios puede encontrarse en este enlace.

Por otro lado, hemos recopilado en un único archivo el informe BIOINITIATIVE. Entre las principales conclusiones del informe, que analiza cómo pueden afectar las emisiones de campos electromagnéticos (como los de la telefonía móvil y las antenas) a la salud, destacan que "los actuales límites de seguridad son inadecuados para la protección de la salud de las personas" y que se recomienda un límite de precaución de 0,1µW/cm² (0,6V/m) para la exposición a campos electromagnéticos en donde "la gente vive, trabaja o estudia". Estos niveles de protección son del orden de 1.000 veces más restrictivos que los actuales límites marcados internacionalmente por el ICNIRP y el ICES (IEEE).

Mientras, tanto, la actitud de las operadoras sigue siendo, en muchos casos, la de instalar antenas sin licencia, a pesar de los repetidos avisos por parte de la Policía Local. Una muestra más de que, si no les importa cumplir con la legalidad, podemos pensar que tampoco les puede importar nuestra salud. Todo sea por don dinero.

Importantes científicos alertan de los peligros de las radiaciones de la telefonía móvil

Fuente: EuropaPress

Científicos y médicos de la talla de Lennart Hardell, Olle Johansson o Henry Lai, entre otros, acaban de alertar de los posibles graves efectos que pueden causar las exposiciones a largo plazo de las radiaciones de campos electromagnéticos (EMF) y de radiofrecuencias (RF), producidas principalmente por la telefonía móvil, la alta tensión, sistemas inalámbricos, etc.

El informe BioInitiative, publicado el pasado 31 de agosto de 2007, documenta las pruebas científicas de que la exposición a los EMF y RF es la responsable de casos de leucemia infantil, de causas que producen desórdenes del sueño, dolor de cabeza, problemas con la memoria y concentración y otros síntomas físicos adversos (efectos genotóxicos, efectos sobre la función inmune, efectos sobre las neuronas y el comportamiento, efectos sobre la melatonina, promoción del cáncer de mama, etc...).

Los especialistas hacen un llamamiento a los responsables en la toma de decisiones que el negocio como se ha estado llevando hasta ahora es inaceptable, y que los límites internacionales para la exposición pública y profesional a las radiaciones EMFs y RF no son de protección de la salud pública.

Esperemos que este informe deje al descubierto, cuando menos, el poco consenso que existe en la comunidad científica acerca de los efectos sobre la salud de las radiaciones no ionizantes, y que nuestros políticos apliquen, en vista de esta situación, el Principio de Precaución. Asimismo, médicos y científicos deberían realizar buena planificación sanitaria pública para prevenir cánceres y enfermedades relacionadas con la exposición a estas radiaciones.

La OMS y la salud al lado de una antena

Eva Marsalek, del PMI de Austria, nos hizo llegar un cuadro de cómo las antenas de telefonía móvil pueden afectar a la salud. Para ello, se ha basado en la definición que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene desde 1996 de la salud: "es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de una enfermedad o afección".


Sin llegar a definir tan claramente como lo ha realizado este junio pasado la Agencia Federal de Suiza de Medio Ambiente, se ve cómo sí pueden afectar las antenas a la salud. Mientras, la OMS, que lleva sin decir nada desde mayo de 2006, opina justamente lo contrario: que las antenas no afectan a la salud.


Simplemente, aplicando su propia definición de salud, vemos que, al menos, mentalmente y socialmente, la colocación de antenas está afectado a la salud de multitud de ciudadanos a lo largo y ancho del planeta. Tal es la desesperación de la gente que, o bien acuden por lo penal a los tribunales, tras ver a un centenar de sus vecinos enfermar de cáncer, o bien cogen un tanque y destrozan 6 estaciones base de telefonía móvil.


Desde luego, seguir apelando a la inocuidad de las antenas queda ya bastante sospechoso.

Estudios epidemiológicos y antenas de radio AM

(Fuente imagen: Vinternacional)

Llevamos tiempo oyendo cómo uno de los argumentos favoritos de las operadoras y de partidarios de la industria móvil es siempre el mismo. Que las antenas de radio llevan mucho más tiempo implantadas, y no se oye nada acerca de su peligrosidad...

No está mal el razonamiento, pero quizás fallen en el argumeno de partida, además de no haber visto, hasta el momento, estaciones base de radio AM o FM a escasos metros de edificios habitados.... Para muestra dos estudios de cómo las antenas de radio SÍ pueden afectar a la salud.

Estudio de Radio Vaticano. El riesgo de leucemia infantil fue más alto que el esperado hasta una distancia de 6 Km de la estación de radio y disminuyó significativamente al aumentar la distancia a la antena. Publicado en el American Journal of Epidemiology Vol. 155, No. 12 Leukemia Residential Radio Frequency Exposure Michelozzi et al. Adult and Childhood Leukemia near a High-Power Radio Station in Rome, Italy. Los autores del estudio fueron Paola Michelozzi, Alessandra Capon, Ursula Kirchmayer, Francesco Forastiere, Annibale Biggeri, Alessandra Barca y Carlo A. Perucci

Esta antena ha sido fuente incluso de una condena de un tribunal de Roma a Radio Vaticano por contaminación electromagnética (fuente: Terra).

Estudio de la Universidad de Dankook. Es el mayor (31 antenas de una potencia de 20kW o superior analizadas) y más detallado estudio que hay hasta la fecha. El equipo dirigido por Mina Ha de la universidad de Corea del Sur sugiere el posible efecto carcinógeno de la exposición a las radiaciones de las antenas de radio AM, en particular la leucemia linfática. Los resultados obtenidos son que los niños que viven hasta a 2 kilómetros de distancia de una estación base de radio AM tienen más del doble de posibilidades de desarrollar una leucemia que los que vieven a más de 20 Km. de distancia. Dicho estudio será publicado por en la American Journal of Epidemiology el próximo es de agosto.

Este estudio sigue en la misma línea que anteriores estudios epidemiológicos realizados por Mina Ha en Corea, de diciembre de 2003 y de julio de 2004 (fuente: MicrowaveNews), que apuntaban al riesgo cancerígeno que puede tener vivir en las porximidades de estaciones de radio AM..

Son dos estudios (el de Radio Vaticano y Dankook) que, precisamente, están publicados en revistas epidemiológicas de bastante envergadura. Así que deberán utilizar otro argumento científico para convencernos de la inocuidad de las antenas de telefonía móvil.

Los límites del ICNIRP no aseguran la protección de los niños

(Fuente imagen: N. Herrero)

La contaminación electromagnética la tenemos por todas partes (tendido eléctrico, transformadores, antenas de telefonía móvil, etc.). El problema es que no se ve, pero ahí está. Sino, que se lo digan a la madre de Jairo. Está claro que, de un caso particular no se puede generalizar, pero este tipo de realidades EXISTEN y la ciencia, la medicina, los legisladores, los jueces y los políticos deben de dar respuesta para que no se repitan muchas veces esta realidad.

Estamos ante una incertidumbre, ya que no hay unanimidad entre la comunidad científica. Por tanto, quien niegue de forma categórica (fuente: El Correo Digital) que los campos electromagnéticos (CEM) no producen ningún daño, nos parece un atrevimiento. Por más que lo pueda decir un científico. Creemos que, ante esta incertidumbre, al menos debe primar una actitud de prudencia y de cautela.

Es cierto que se manejan multitud de variables en este tema (fuente: ICNIRP). Pero no por ello se puede negar la posibilidad de que los CEM afecten a nuestra salud. Lo afirma incluso un consejero de Telefónica Móviles (fuente: Youtube), que de esto imaginamos que algo sabrá. La propia ICNIRP, organización que establece los límites legales para toda Europa (salvo honrosas excepciones), por un lado establece los límites para tiempos de exposición de 6 minutos (fuente: ICNIRP). , y por otro lado, que no puede garantizar que dichos límites protejan a grupos de ciudadanos más vulnerables, como niños, ancianos o enfermos crónicos (fuente: ICNIRP). Incluso reconocen que los CEM SÍ pueden afectar a nuestra salud.

Por tanto, basándonos en documentos oficiales y nada sospechosos, creemos que es momento de empezar al menos a exigir a las operadoras y los instaladores de fuentes de CEM, que realicen previamente estudios sobre la población del entorno con el fin de minimizar el impacto sobre su salud. Los límites legales ya vemos que no aseguran la salud de toda la población, y los más vulnerables también tienen derecho a que se proteja su salud y su vida.

Prudencia basada en la ciencia

(Fuente: BVS)

Seguimos todavía sin entender las declaraciones tan contundentes de Félix M. Goñi, vecino, por cierto, de Getxo. Sabemos que, además de ser un poco despistado, es un excelente científico en su campo. Si no nos equivocamos, es un gran especialista en temas de lípidos, proteínas, bacterias y detergentes en las membranas celulares... Por eso nos extraña su falta de prudencia...

Nos gustaría sentarnos un día con él para que, con educación y tranquilidad, nos diera su punto de vista. Nuestro planteamiento es que no se puede afirmar de forma tan asertiva la falta de riesgo. Al menos, no negar el principio de precaución. De la misma manera que tampoco planteamos tirar todas las antenas, sino llegar a una solución consensuada por todas las partes implicadas.

Creemos que a los efectos térmicos producidos por la emisión de campos electromagnéticos (CEM), y reconocidos por unanimidad por la comunidad cientifica, también hay que reconocer otros efectos no térmicos. Nos encantaría saber en qué se equivoca el neurocirujano sueco Leif G. Salford, de la universidad de Lund, cuando, después de trabajar 13 años con ratas y CEM, demuestra que éstos pueden producir efectos sobre la barrera hematoencefálica (BBB) y dejar pasar proteínas del tamaño de la albúmina. La presencia de los CEM parece que cambia la permeabilidad de la membrana, dejando pasar más sustancias de las debidas (que pueden resultar tóxicas para el cerebro).

Pensamos que lo que estamos diciendo, basándonos también en la ciencia, no es una idea disparatada. Aunque sean cerebros de ratas, las pruebas están en la fotografía.

Nos basamos también en la ciencia para plantear que las ondas microondas, que utiliza la telefonía móvil, pueden modificar la actividad bioeléctrica cerebral y producir cambios en el electroencefalograma mediante diferentes mecanismos biológicos que involucran a los iones calcio, la producción de melatonina y otras funciones neurorreguladoras. Este cambio en el flujo celular de algunos iones, sobre todo el del calcio, puede producir cambios eléctricos en la membrana de las células nerviosas. Este proceso puede permitir relacionar las ondas microondas con tumores cerebrales, enfermedad de Alzheimer y otros trastornos neurológicos.

Un dato: un estudio de hace un año, acerca de la evolución del cáncer en Francia desde 1978 a 2000, indica que la tasa de cáncer se ha incrementado en este período un 63%, siendo el de mayor crecimiento e importancia el que afecta al sistema nervioso central. No queremos decir que las antenas han provocado este espectacular aumento, pero sí que hay que investigar las causas y que no se puede negar que los CEM de las antenas pueden afectar al sistema nervioso central.

Desde luego que hay que replicar el hecho y ver si pasa lo mismo con seres humanos, pero ya está demostrado con otros seres vivos, por lo que un poco de cautela puede ser una actitud coherente y sensata.

El próximo día hablaremos de las frecuencias bajas (ELF) que utiliza la telefonía móvil, cuyo riesgo no podemos decir que sea precisamente cero.